CIS
Comunica.- 06/09/2011.- La empresa de supermercados mayorista
Vital despidió a un trabajador luego de que este publicara en su
facebook que mantenía una relación sentimental con otro
trabajador.
Daniel Barboza de 30 años ingresó a trabajar en la cadena de supermercados mayorista Vital, en la sucursal Tronador que el grupo Maycar, de la familia Pochinki posee en el barrio porteño de la Chacarita. Su pareja Joel Hurtado de 23 años trabaja como repositor del Frigorífico Riosma y se ocupa de la reposición de sus productos en la misma sucursal. Llegaron desde Jujuy para trabajar, establecerse y formar una familia juntos.
“Una persona que trabajaba conmigo en Vital que admití en mi facebook vio en mi perfil que mi pareja era Joel a partir de ahí el rumor empezó a rodar en el mercado, el trato del supervisor cambio totalmente para mal” cuenta Daniel mientras acaricia las manos de Joel, con quien comparte su vida desde hace tres años.
“A principios de este años nos radicamos en Buenos Aires en busca de trabajo, nuestra intención siempre fue llevar una vida juntos, trabajar, seguir estudiando; Joel se recibió de enfermero y por mi parte soy maestro mayor de obras” comenta el trabajador despedido hace dos semanas de la cadena mayorista.
“Se generó el rumor entre mis compañeros de trabajo sobre mi condición homosexual luego cuando vieron en mi cuenta de “facebook” que mi pareja era Joel, me aconsejaron colectivamente que no dijera nada, porque me iban a echar”.
Y tenían razón, el cambio en el trato fue brutal. Daniel comenzó a ser objeto de un acoso laboral y una constante persecuta donde todo lo que hacía siempre estaba mal.
“El cambio fue tan grande para conmigo, lo que me hizo suponer que le había llegado el rumor sobre mi condición sexual, en un principio yo no quería admitirlo en mi trabajo por temor a perder el empleo ya que en más de una ocasión a mi jefe lo escuché hablar con términos homofóbicos con los cuales me sentí agredido y discriminado; en una oportunidad me preguntó si un compañero era “putito”, a lo que le respondí que no sabía nada pero en todo caso de serlo ¿cual era el problema?, él me dijo que si era gay, ya lo hago echar”.
"Los trabajadores internos y externos que conocían la forma de manejarse de los jefes de Tronador nos aconsejaban que ocultemos lo nuestro, eso me trajo un problema con Joel porque el se sentía muy mal cuando yo lo negaba, llegamos a una situación en que debí optar entre conservar el trabajo o perderlo a él." confiesa el joven.
“A partir de que mi condición sexual y relación sentimental era de conocimiento entre los trabajadores y jefes de la empresa, pasé de ser un trabajador ejemplar a ser un mal empleado que no rendía, que no cumplía y era mal compañero y que debía renunciar, los compañeros me decían 'este la tiene con vos' en referencia al jefe de mi sector".
Durante los últimos días que Daniel estuvo en Vital, el maltrato que sufría le produjo problemas de salud, con fuertes dolores de espalda cuyo diagnóstico fue una lumbalgia que lo tuvo postrado una semana, sin embargo a su regreso no recibió ningún tipo de consideración y fue nuevamente destinado a sectores donde debía reponer mercadería de peso y alta rotación.
A pesar de sufrir el maltrato diario Daniel y Joel están felices de la desición que tomaron, "de esta forma terminamos con el rumor y el malestar psicológico que nos ocasionaba, muchos compañeros me felicitaron por el coraje de haber admitido nuestro amor, sabiendo que si se enteraban me iban a echar”, agregó Daniel.
Daniel Barboza de 30 años ingresó a trabajar en la cadena de supermercados mayorista Vital, en la sucursal Tronador que el grupo Maycar, de la familia Pochinki posee en el barrio porteño de la Chacarita. Su pareja Joel Hurtado de 23 años trabaja como repositor del Frigorífico Riosma y se ocupa de la reposición de sus productos en la misma sucursal. Llegaron desde Jujuy para trabajar, establecerse y formar una familia juntos.
“Una persona que trabajaba conmigo en Vital que admití en mi facebook vio en mi perfil que mi pareja era Joel a partir de ahí el rumor empezó a rodar en el mercado, el trato del supervisor cambio totalmente para mal” cuenta Daniel mientras acaricia las manos de Joel, con quien comparte su vida desde hace tres años.
“A principios de este años nos radicamos en Buenos Aires en busca de trabajo, nuestra intención siempre fue llevar una vida juntos, trabajar, seguir estudiando; Joel se recibió de enfermero y por mi parte soy maestro mayor de obras” comenta el trabajador despedido hace dos semanas de la cadena mayorista.
“Se generó el rumor entre mis compañeros de trabajo sobre mi condición homosexual luego cuando vieron en mi cuenta de “facebook” que mi pareja era Joel, me aconsejaron colectivamente que no dijera nada, porque me iban a echar”.
Y tenían razón, el cambio en el trato fue brutal. Daniel comenzó a ser objeto de un acoso laboral y una constante persecuta donde todo lo que hacía siempre estaba mal.
“El cambio fue tan grande para conmigo, lo que me hizo suponer que le había llegado el rumor sobre mi condición sexual, en un principio yo no quería admitirlo en mi trabajo por temor a perder el empleo ya que en más de una ocasión a mi jefe lo escuché hablar con términos homofóbicos con los cuales me sentí agredido y discriminado; en una oportunidad me preguntó si un compañero era “putito”, a lo que le respondí que no sabía nada pero en todo caso de serlo ¿cual era el problema?, él me dijo que si era gay, ya lo hago echar”.
"Los trabajadores internos y externos que conocían la forma de manejarse de los jefes de Tronador nos aconsejaban que ocultemos lo nuestro, eso me trajo un problema con Joel porque el se sentía muy mal cuando yo lo negaba, llegamos a una situación en que debí optar entre conservar el trabajo o perderlo a él." confiesa el joven.
“A partir de que mi condición sexual y relación sentimental era de conocimiento entre los trabajadores y jefes de la empresa, pasé de ser un trabajador ejemplar a ser un mal empleado que no rendía, que no cumplía y era mal compañero y que debía renunciar, los compañeros me decían 'este la tiene con vos' en referencia al jefe de mi sector".
Durante los últimos días que Daniel estuvo en Vital, el maltrato que sufría le produjo problemas de salud, con fuertes dolores de espalda cuyo diagnóstico fue una lumbalgia que lo tuvo postrado una semana, sin embargo a su regreso no recibió ningún tipo de consideración y fue nuevamente destinado a sectores donde debía reponer mercadería de peso y alta rotación.
A pesar de sufrir el maltrato diario Daniel y Joel están felices de la desición que tomaron, "de esta forma terminamos con el rumor y el malestar psicológico que nos ocasionaba, muchos compañeros me felicitaron por el coraje de haber admitido nuestro amor, sabiendo que si se enteraban me iban a echar”, agregó Daniel.