1.- Que no respetó el debido proceso interno por lo tanto carece de eficacia jurídica
de origen. No formó parte del temario en ningún plenario, congreso,
ni siquiera fue incorporado por una moción, ni tampoco fue sometido
a consideración, ni nada. Ni existe antecedente que algún
sindicato que pertenece a la CTA-T haya realizado Asambleas
Distritales para decidir en un Congreso Extraordinario resolver si
regresa o no a la CGT. Ni siquiera el SUTEBA que nació dentro de la
CGT en 1986. Solo es un producto mediático en pos de materializar un
slogan.
2.- Que no está
claro – porque no fue tratado en ningún ámbito asambleario ni
tampoco lo explican - que pasará con la personería jurídica de
CTA-T. Si habrá disolución o si las organizaciones que se quedan
(porque no las van a dejar entrar a CGT) tendrán la libertad de
activar el Art.52 del Estatuto social de CTA-T para que la central
pueda seguir existiendo para aquellos que la necesitan, que la han
elegido en rechazo a la burocracia sindical de CGT a la que hoy se
los pretende repatriar.
3.- Que así como no
pretendemos imponer a dirigentes y organizaciones que integran CTA-T
y renuncian a permanecer en ella, tampoco aceptamos que se imponga
por la fuerza una decisión en la que nadie -por fuera del círculo
reducido de Hugo Yasky- ha sido consultado.
4.- Que pese a todo,
les deseamos suerte a los compañeros en su partida hacia la CGT,
porque en el comportamiento de muchos de ellos, siempre notamos que
nunca dejaron de añorarla y que cuando el camión de la mudanza
estacione en Azopardo 802 y Cavalieri o Barrionuevo les abran las
puertas, les digan que “El grito de Burzaco” fue una joda para
Germán Abdala.
@cisencta Sindicato Joven
Buenos Aires. 2 de octubre de 2019.-
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