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martes, 31 de octubre de 2017

LA REFORMA LABORAL QUE DEFORMA


Preguntale a tu sindicato qué tiene para decir de la Reforma Laboral que quiere implementar el gobierno nacional que retrocede medio siglo las condiciones de trabajo.
Los jubilados que no se entusiasmen. Son los más perjudicados, y a esa edad ya no están para estos disgustos.
Quedan afuera -como siempre- las trabajadoras de casas particulares.
Le bajan el precio a la ley 24.013 que ya es regresiva y se llevan puestos otras leyes, artículos, decretos, todo lo que beneficia al trabajador.
Extinción de condena por evasión tributaria a los empleadores.
Los da de baja del “veraz laboral”, cuya presencia en ese listado impide a las empresas ser proveedoras del estado.
Les condona de deudas impagas mas intereses a la seguridad social.
Las multas dejan de tomar como base el CCT (convenio colectivo de trabajo) y toma el SMVM (salario mínimo vital y móvil) así como la indemnización reclamada. Esto es atenta contra el principio de progresividad.
Deroga el Art. 15 de la 24.013 que duplica la indemnización por antigüedad en caso de despedir al trabajador dentro de los 24 meses que este le formulara reclamo de regularización.
Reduce de 10 a 5 los años para las acciones por cobro de contribuciones, aportes, multas y demás obligaciones emergentes de las leyes de previsión social.
Agregan al Art. 2 de LCT (Ley de contrato de trabajo) la legalización del fraude laboral que se llevan a cabo bajo la figura del monotributista y crea una nueva figura de empleador: Trabajadores Independientes que emplean a otros 4 trabajadores independientes.
Modifica el Art. 12 de LCT. Suprime la irrenunciabilidad en términos individuales lo que permite a la empresa modificar el contrato de trabajo con el consentimiento del trabajador que por el estado de necesidad no tiene opción a negarse.
Modifica Art. 30 LCT. Deslinda de la responsabilidad al empleador principal en cuanto a la subcontratación de los servicios de limpieza, vigilancia, gastronomía, informática, etc.
Modifica el Art. 201. LCT. Sistema de banco de horas. Ej.: Trabajar sábados y domingos y te dan franco el martes sin el pago de las extras.
La indemnización no tomará en cuenta las horas extras, comisiones, premios y otras bonificaciones.
Reduce de 2 a 1 año el plazo de retroactividad para reclamos laborales.
Excluye al empleador del pago de indemizaciones a través de “Fondo de cese laboral” creado por los sindicatos y las cámaras empresarias al que podrán adherirse voluntariamente los empresarios.
Cuyo patrimonio se constituirá por aportes empresarios y “sumas recibidas por legados, subsidios, subvenciones y todo otro ingreso lícito” es decir de los trabajadores a través de los llamados “aportes voluntarios” que siempre aparecen en las paritarias.
Los trabajadores podrán hacer uso de la indemnización o dejarla en el banco para que el Fondo haga inversiones con ella. Un lindo negocio financiero.
Ahh...para que no se pongan tan tristes: Extiende la licencia por paternidad de 2 a 15 días. Y recién voy por la mitad. Tal vez me falta la parte buena.

Los accidentes de trabajo no deben ser derivados a la obra social.


Si no sabés cuál es tu ART. Entrá acá y enterate: http://www.srt.gob.ar/index.php/cual-es-mi-art/
El servicio médico de la empresa no puede desautorizar certificados médicos del profesional de cabecera que vos elegís.
(La citada reforma laboral buscará legalizar el accionar ilegal de los servicios médicos que en la actualidad, rechazan certificados médicos extendidos por otros profesionales, interrumpen tratamientos, reposos. Derivan casos de accidentes de trabajo a hospitales públicos o la obra social para de esa manera fraudulenta maquillar un accidente o enfermedad producto del trabajo como una simple enfermedad no atribuible al trabajo).
La conducta poco o nada ética del responsable del servicio debe denunciarse ante el empleador y ante el colegio médico de la zona.
El trabajador no está obligado a asistir a la empresa para que el servicio médico verifique si está enfermo o no. Es la empresa la que debe ir a cerciorarse.
Para la notificación de "ausencia justificada por causa de enfermedad del trabajador o persona a su cargo y fallecimiento de familiar directo". Para acceder al servicio de telefonograma se debe llamar al 0810-444- 2677. Operadores del correo reciben mensajes de lunes a viernes de 6 a 22, sábados de 6 a 17 y domingos y feriados de 11 a 17.

sábado, 28 de octubre de 2017

LAS CÁMARAS EN LOS LUGARES DE TRABAJO. OTRA FORMA DE ACOSO. SON LEGALES?: NO!


Las cámaras de vigilancia en los lugares de trabajo, muchas veces configura un mal uso de este tipo de tecnología por parte del empleador, en lo que podemos calificar de un verdadero abuso del derecho (art. 1071 del actual Código Civil). ARTICULO 1071 C.C.- El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines que aquélla tuvo en mira al reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.”

Al franquear las puertas de la empresa el trabajador abdica toda libertad ingresando dentro de un orden normativo privado, completamente dependiente de la voluntad patronal. Esta es una de las razones que condujera a ciertos juristas a defender la idea de que la empresa es una institución con sus leyes propias…”.
Así como lo establece la Ley de Contrato de Trabajo, cuando señala que la empleadora "atendiendo a los fines de la empresa, a las exigencias de la producción" puede rediseñar las condiciones originarias del contrato. Pero debe tomar en consideración ciertos puntos para poder implementarlas y así preservar y mejorar los derechos personales y patrimoniales del trabajador. En caso contrario, da cabida al nacimiento de conflictos al trastocar los derechos del dependiente.

La Justicia estableció que la facultad de dirección, (exclusiva del empleador,) 
está legalmente limitada por la imposibilidad de modificar aspectos contractuales esenciales, debiendo cuidar que toda disposición "no sea irrazonable, ni ocasione un perjuicio moral o material" al dependiente.

Cuando las disposiciones empresariales agravian al empleado, hacen nacer su derecho de accionar 
para perseguir el restablecimiento de las condiciones alteradas o de considerarse en situación de despido. De esta manera, se genera la correspondiente obligación indemnizatoria a cargo de la compañía.

Como primera conclusión, los hombres de negocio, -cuando tengan la necesidad de modificar los contratos laborales,- deberán proceder tomando en cuenta los siguientes requisitos:
- La razonabilidad en el ejercicio del derecho.
- La imposibilidad de modificar la esencialidad de la modalidad signada en el contrato.
- La comprobación de que las modificaciones no causarán daño moral ni material al trabajador.

Incluso, una decisión patronal 
podrá ser considerada justificada empresarialmente pero si por su aplicación causa perjuicios al trabajador, quedará calificada como arbitraria y representativa de un ejercicio abusivo del derecho del empleador.

Así, la razonabilidad de toda decisión debe justificarse por la compañía sobre la base del resultado de la evaluación realizada acerca de las consecuencias que pudiera causar, 
previendo las implicancias que tendrá sobre los bienes o la persona del empleado.

Este análisis debería realizarse desde la información recabada por el dependiente puesto que el empleador puede otorgar medidas consideradas compensatorias, horarias o económicas, estimando que no provocan daños sin tomar en cuenta que, debido a situaciones particulares, en realidad, son causantes de ellos.

Asimismo, toda motivación funcional generadora de modificaciones contractuales, 
deberá comunicarse al trabajador previo a su aplicación y estar, además, debidamente acreditada.

Los tribunales declararon reiteradamente que, a pesar que un empleador haya basado su determinación modificatoria del horario de trabajo de un dependiente para mejorar el servicio, la ausencia de explicación sobre el fundamento de dicha alteración, determina que dicha decisión fuera catalogada como abusiva
por afectarlo tanto moral como patrimonialmente.

Basta establecer entonces que, previo a la puesta en ejecución de toda medida empresarial que altere las condiciones esenciales del contrato de trabajo, debe procederse a analizar las posibles consecuencias perjudiciales que puedan ocasionar a los intereses personales o materiales del trabajador.

Asimismo, éste debe ser notificado previo a su implementación, incluyéndose, en caso de darse, toda medida que en carácter compensatorio se decida otorgar y con la finalidad de contar con la aceptación de las nuevas condiciones contractuales por su parte.
En síntesis; las cámaras en los lugares de trabajo son otra forma de acoso presencial por medios mecánicos y representan un exceso en la facultad de dirección, cuando no necesariamente pretenden evaluar el trabajo terminado sino a los trabajadores en su proceso, indistintamente de su resultado.

Son otra forma de acoso laboral que aprovechan el vacío legal que aún existe. La creciente precariedad de la fuerza de trabajo no puede sino permitir el progreso de este tipo de controles.

viernes, 27 de octubre de 2017

DESAFÍOS DEL SINDICALISMO ARGENTINO FRENTE A LA REFORMA LABORAL

Para nadie es desconocido que el permanente estado embrionario en el que durante décadas ha permanecido el movimiento sindical se debe a la inexistente visión de su cúpula, en especial la actual (si tomamos en cuenta que esos dirigentes son los mismos que han conducido al movimiento desde hace dos o tres décadas sin dar paso a un proceso de renovación).

Sin esa visión, el movimiento se ha visto supeditado a actuar en función de la coyuntura local o la influencia internacional del momento, y desde el retorno a la democracia en 1983 ha sido una constante, el observar cómo la vigencia de las organizaciones sindicales, más que de sí mismas y su organicidad, ha dependido de factores tan pasajeros como el derecho laboral impuesto en determinado gobierno o el espíritu más o menos represor de algún régimen para acallar sus protestas. Nuestro país no ha podido ver el crecimiento real de un movimiento sindical robusto, protagonista en el contexto histórico y con una vigencia sustentada en una auténtica identidad clasista. Todo lo contrario: la presencia de liderazgos sindicales obsoletos que son el producto de estructuras de organización social caducas ha sumido al sindicalismo en un inmovilismo histórico que se refleja en su discurso decadente, anacrónico y nada conectado con los retos y las problemáticas actuales de los trabajadores.

Los gobiernos neoliberales en nuestro país aprovecharon el impulso de la globalización de la economía para promover la privatización, generando una tensión favorable para el mercado y no para el Estado. De esta forma los trabajadores tuvieron que ajustarse a las reglas de juego de la empresa privada, que vinieron de la mano de la precarización y sin garantías de seguridad ni de estabilidad laboral.

La modernización de las empresas vino de la mano de gobiernos pertenecientes a grupos económicos y de poder que beneficiaban a su sector y que generaron políticas de exclusión y discriminación de trabajadores, con una reducción de la mano de obra a la que reemplazaron por la tecnología. Se implementó todo un aparataje basado en la “producción eficiente”. El sector privado llegó a establecer legalmente empresas distintas que no superaban los diez trabajadores en nómina para evitar la consolidación de los sindicatos. Fue entonces cuando la tercerización truncó aún más la organización de los trabajadores ya que estos pasaban factura por servicios prestados mientras los empleadores evadían, además, toda responsabilidad laboral como la seguridad social, pago de utilidades o elementales derechos como el pago de vacaciones o “conquistas laborales” de antaño.

La politización de los sindicatos en las dos últimas décadas ha provocado que las organizaciones de trabajadores se movilicen sin una estrategia definida y huérfanas de propuestas de políticas laborales que se conviertan en el motivante de toda una clase obrera que luche por la reivindicación de sus derechos como objetivo prioritario, más allá de su participación como opositores a medidas económicas coyunturales y lineamientos políticos lejanos al contexto laboral.

La falta de otro mecanismo de acción además de la protesta en las calles muestra la decadencia de una organización sindical de trabajadores que se ha quedado fuera de los retos actuales de la clase trabajadora. Esto ha provocado que su fuerza movilizadora sea cooptada por partidos políticos cuya estrategia es utilizar a las bases sindicales como carne de cañón para medir fuerzas con los gobiernos de turno.

Aun así, los liderazgos sindicales que durante años han permanecido en el poder no han logrado identificar los cambios estructurales a los cuales hoy se debe la organización, quedando atados a un ordenamiento sin contenido.

El discurso del sindicalismo actual recae en una prédica vacía, sin planteamientos que reivindiquen las consigas de un frente clasista empoderado de las demandas obreras:
Realidad en las que se tejen relaciones clientelares en función de los intereses políticos de los dirigentes sindicales.

¿Qué han planteado los sindicatos desde aquel diciembre de 2001, cuando la revuelta popular terminó con una veintena de cuerpos regados en los asfaltos a manos de los asesinos de los servicios de inteligencia? ¿Qué hemos aprendido desde la primera gran huelga de los indígenas en Napalpi en 1921?. ¿Qué queda del movimiento sindical, las reivindicaciones laborales y de la organización social en nuestro país? Todas esas son reflexiones pendientes.


María Augusta Espín

viernes, 6 de octubre de 2017

SIN REMEDIO PARA EL ACOSO

Una trabajadora del laboratorio Gramon denunció acoso sexual por parte de un supervisor. Tanto desde la Gerencia de Producción como el área de Recursos Humanos niegan las acusaciones. Otras empleadas de la planta ya fueron abusadas por el mismo capataz pero callaron por temor al despido que sufrieron aquellas que presentaron queja ante la situación.
Por Pablo Dipierri
“¿Me hacés una planilla?”, suele decirles el supervisor Juan Antonio Juárez a las empleadas que persigue por la planta del laboratorio Gramón en Munro, según los testimonios de hombres y mujeres que desempeñan sus tareas allí. Con esas cuatro palabras, el acosador apela habitual y poéticamente a que las trabajadoras le practiquen una felatio, aunque también tiene días con menos inspiración –o inhibiciones- y directamente les pide “un pete”.
Durante años, Juárez se movió como pez en el agua en el establecimiento ubicado en Ávalos 4208 porque las mujeres que lo denunciaban ante los gerentes terminaban en la calle. Por eso, la conducta del supervisor se naturalizó. “Hacele una pajita y se le pasa”, le dijo recientemente una compañera a otra, asediada por mensajes de WhatsApp en horario laboral.
Sin embargo, una empleada que nunca accedió a sus pedidos se plantó hace 3 meses y, a los gritos, le dijo a Juárez que la dejara tranquila. Lo que había sido hasta entonces un perverso cortejo mimoso por parte del supervisor se convirtió en una persecución para despedirla: la amenazaba con apercibimientos si tenía el cabello atado con la cofia, medía la posición de sus pies con respecto a las blisteras, le controlaba el tiempo cuando iba al baño y promovió su sanción por tener el celular en el bolsillo en horario de trabajo –algo que está prohibido en la planta- una mañana en la que varios de sus compañeros también portaban el aparato, a la vista de todos.
Kamchatka accedió a la copia de la denuncia que la perjudicada, Roxana Fernández, radicó en la Comisaría de la Mujer del partido de San Martín, como así también la de la carta documento que remitió a la empresa, bajo el patrocinio del área de Comercio, Industria y Servicios (CIS) de la CTA, pidiendo que cese el acoso en contra suya. En ese texto, la mujer expresa que es objeto de “violencia de género”, y manifiesta que “luego de padecer el acoso, maltrato, comentarios y mensajes con sugerencias de índole sexual” y “tras no haber accedido a sus bajos instintos”, el jerárquico “comenzó a desplegar acoso laboral”.
La empresa respondió a la misiva con otra, fechada el 20 de septiembre pasado, en la que negaba los cargos y pretendía que la protesta de su empleada obedecía a la sanción que se le había impuesto por la portación del teléfono, y la apretó para que desistiera con su reclamo. “Rechazo en todos sus términos su carta documento (CD 836862295), por improcedente, falsa y maliciosa”, reza la réplica firmada por el apoderado Alberto Luis Berdaner, y añade que el “apercibimiento severo” se debió al “uso del celular en el área de trabajo”.
Así, el gerente de Producción, Adrián Luna, y su par de Recursos Humanos, Lilian Forero, la sometieron a 50 minutos de discusión a puertas cerradas, tratando de que Fernández se contradijera o depusiera su queja. La trabajadora tuvo la audacia de grabar la conversación por temor a que la despidieran injustificadamente y un fragmento de ese inefable careo puede escucharse aquí. Preguntas como “¿tenés pruebas?” o “¿por qué no viniste antes a decirme lo que pasaba?” constituyeron el tronco central de la respuesta de la empresa ante la denuncia de Fernández, encubriendo al acusado y colocando todo el peso de la responsabilidad en su empleada antes siquiera de abrir un canal de investigación interna.
Curarse en salud
El laboratorio Gramon fue fundado por Gerardo Ramón en 1934 y se expandió paulatinamente a diversos países de la región, como Bolivia o Uruguay, donde está asociado con Bagó. En 2011, Gramón cedió en Argentina el 51 por ciento de sus acciones a Roemmers pero la familia sigue administrando el 49 por ciento restante. Hace 3 meses falleció el máximo responsable de la empresa, Gerardo Serra, casado con una de las herederas del fundador, y al frente de la firma quedó uno de los tres hijos que tuvieron: “Gerry” Serra.
La apuesta de Gramon siempre fue consolidarse como líder del mercado de venta libre de medicamentos en el país. En la planta de Munro, se producen desde el Chofitol hasta el Merthiolate pero, como dice el refrán, nunca es triste la verdad…
Por eso, una de las trabajadoras recordaba en estos días la frase con que se despidió de Forero el último jefe de Transferencia Tecnológica del laboratorio, Mario Lo Preiato. “Si vos querés quedarte con este ‘toca culos’, quedate pero yo me voy”, le habría dicho en referencia al supervisor Juárez.
Fernández narró a sus representantes que en la reunión del apriete con los gerentes de Producción y Recursos Humanos, Forero fingió jamás haberse enterado de nada al respecto pero la elocuente despedida de uno de los jefes la desmiente. Lo Preiato trabajó 10 años en la empresa, primero, como jefe de Depósitos y, más tarde, como responsable de Transferencia Tecnológica. Según su perfil de Linkedin, ocupa el cargo de jefe de Producción en laboratorios Craveri desde hace un año.
Esta revista se comunicó con Gramón y dio con la secretaria de Serra, quien tomó nota sobre los requerimientos e inquietudes ante el caso en curso y se comprometió a contactarse con la redacción ni bien pudiera brindar una respuesta. Al cierre de este artículo, no se había producido ningún llamado. Paradójicamente, la firma sostiene en la solapa “Institucional” de su página web que “promueve un clima laboral de respeto y trabajo en equipo”.
Les valientes
Las mujeres de la planta felicitan a la compañera que se animó a decir que no y, por lo bajo, admiten que están dispuestas a hablar “si es necesario”. Como Fernández, ninguna quiere perder su puesto de empleo pero la indignación cunde como reguero de pólvora: en la última semana, el video de Youtube con el audio del apriete de Forero y Luna circuló por todo el laboratorio.
Entre las situaciones que describe Fernández, cuenta las ocasiones en que el supervisor la enviaba a líneas de montaje donde pudiera abordarla a solas para proponerle que fueran a un hotel alojamiento o abrazarla y manosearla en las esclusas, un pequeño reducto donde los empleados se ponen un pilotín por encima de la chaqueta y el pantalón de trabajo. En una ocasión, Juárez la esperó a Fernández con los pantalones bajos en ese lugar pero ella logró evadirse.
Los varones, por su parte, no suelen hacerse eco de la preocupación de sus compañeras, a excepción de unos pocos. El delegado de la planta en representación de ATSA, el gremio que conduce Héctor Daer a nivel nacional, sólo atinó a sugerirle a Fernández que presente las pruebas, en sintonía con la patronal.
Sin embargo, uno de los empleados escuchó cuando Juárez la presionaba a Fernández para que le hiciera un “favor sexual” a cambio de no tramitar un apercibimiento en su contra. “Si no querés que mande este mail, ya sabés lo que tenés que hacer”, le dijo el supervisor a la mujer. Fue ese día que su compañero, según fuentes gremiales, le manifestó que la apoyaría si quería plantarse ante el acoso.
Por el momento, la empleada guarda en su teléfono los mensajes de WhatsApp que muestran cómo la perseguía Juárez, invitándola al “telo”, enviándole emojis o diciéndole que le quería dar “besitos”. Mientras la empresa pone en duda el testimonio de las empleadas, el supervisor sigue pavoneándose entre las líneas de producción y las mujeres cruzan, en silencio, miradas que expresan su tortuoso sufrimiento en ese infierno sin remedio.