Adidas
no tiene ninguna fábrica de su propiedad en el mundo. Ni siquiera en
Estados Unidos donde está su casa matriz dueña del logo. En
nuestro país, el cuero de sus calzados se curten en Santa Fe, se
cosen en Chivilcoy, Misiones y se venden al mundo. Hoy se curten en
Santa Fe, se cosen en China, Brasil,
Centromérica y vuelven al
consumidor argentino destruyendo a su paso toda industria nacional
vinculada que encuentre teniendo como moneda de cambio la
competencia desleal, en
un cada vez más olvidado y desvencijado Mercosur.
Para
entender el contexto mundial en la industria textil y del calzado y
su impacto en la vida cotidiana de miles de trabajadores argentinos
les presentamos el informe “EL
VERDADERO COSTO
DE NUESTROS ZAPATOS” un
viaje por la cadena de suministro de
tres marcas globales de calzado, donde se analiza la
producción y la cadena de suministro de tres grandes marcas de
calzado Tod’s, Prada, y Geox. Adidas, Puma, Nike, Nokia, Sony o cuanta primera marca multinacional se les ocurra se manejan igual.
“Este
informe revela cómo las rutas de producción cambian constantemente,
en un contexto donde la movilidad del capital junto con las
estrategias de externalización han generado un entorno ideal para
que la producción se adapte todo el tiempo a los gustos y los
bolsillos de las personas compradoras. Mientras tanto, los sueldos
y las condiciones laborales siguen empeorando. Con 23.000
millones de pares producidos en 2015, el calzado es un claro ejemplo
de una dinámica que consiste en producir artículos de moda rápida
a bajo coste y, al mismo tiempo, artículos de lujo. Se trata de un
método que asegura que las marcas puedan acceder a mercados muy
variados, de Europa hasta las economías emergentes, que disponen de
elites enriquecidas.
Las
últimas investigaciones efectuadas simultáneamente por Cambia Tus
Zapatos en Italia, China, Europa del Este, la India e
Indonesia, han demostrado que la producción de calzado es un proceso
intensivo en mano de obra sujeto a plazos cortos de entrega y precios
muy bajos, lo que degrada las condiciones laborales y la vida de
millones de personas trabajadoras, independientemente de donde se
encuentren. Esta dinámica perjudicial también ha afectado a Europa,
lo que ha provocado el regreso de fases importantes de la producción
al continente. El informe El verdadero costo
de nuestros zapatos, publicado por el Centro Nuovo Modello di
Sviluppo y Cambia Tus Zapatos, analiza esta tendencia emergente y
toda la problemática que conlleva.
Relocalizar
(reshoring) es un concepto que consiste en volver a
trasladar a sus países de origen las actividades productivas que en
su momento se externalizaron a Asia (o a otros países de bajos
costos laborales). Los países más afectados por este fenómeno son
los de Europa del Este, con salarios incluso más bajos que Asia.
Europa vuelve a ser atractiva para producir gracias al aumento de la
productividad y a otros factores, como políticas de moderación
salarial, mayor flexibilidad laboral, facilidades para aplicar el
despido libre y el debilitamiento de las relaciones laborales.
Además, las empresas aprovechan que el personal conoce muy bien el
sistema de fabricación tradicional para disponer de un factor de
calidad que añade un toque exclusivo a sus productos. La etiqueta
“fabricado en Italia” o “fabricado en la UE” siempre se ha
asociado a productos y trabajo de calidad. Sin embargo, ¿dónde está
su valor añadido si el diseño es lo único que se ha realizado en
la Unión Europea, mientras que la fabricación del calzado ha tenido
lugar en Serbia, Albania, Myanmar o Indonesia (por citar solo a
algunos países) por parte de personal mal pagado que trabaja en
condiciones miserables, o en Italia, mediante un sistema de
subcontrataciones que ofrece sueldos indignos?
Cadenas
de producción de calzado de lujo
El
proceso de producción de unos zapatos siempre empieza con el diseño
del modelo, seguido por la fabricación de la pala (plantilla)
y el montaje de todas las partes. Respecto a las tres marcas que
analiza el informe, siempre se encargan del diseño y se rigen por
tres sistemas de producción: interno, externo o una combinación de
ambos.
El
sistema de producción totalmente
internalizado es bastante poco frecuente
y a veces se realiza por motivos de calidad o de costes. Tod’s es
un ejemplo de este método, ya que fabrica modelos de gran calidad en
sus propias instalaciones. Geox es un caso parecido, con calzado de
baja y mediana calidad elaborado en su fábrica de Serbia, aunque
esta línea solo equivale al 3% de su producción mundial.
Es
muy habitual externalizar totalmente la
producción, lo que requiere
subcontratar a fábricas de calzado para que se encarguen de todo el
proceso. Sin embargo, aunque este sistema implica la formalización
de un contrato de suministro con una sola marca, en realidad
intervienen muchas más: la empresa que mantiene el contacto con la
marca es el “proveedor principal”, mientras que las demás son
“subcontratistas”.
Los
principales proveedores con los que Geox trabaja se encuentran en el
extranjero, principalmente en Asia, aunque muchos también
están situados en Europa del Este. En cambio, los grandes
proveedores de Tod’s suelen estar ubicados predominantemente en
Italia, en las provincias de Las Marcas, Abruzos y Apulia. Esta
empresa también produce zapatos que luego se comercializan con la
marca Hogan Rebel mediante algunos grandes proveedores rumanos. Hasta
2015, Prada tenía relaciones de producción con el grupo chino
Stella International Holding, con fábricas de calzado en China,
Vietnam, Indonesia y Bangladesh, pero a raíz de la pérdida gradual
de competitividad que afecta a algunas zonas de Asia, la compañía
se ha decantado por volver a producir en Italia y los países de
Europa del Este, sobre todo Rumanía, Serbia, Bosnia-Herzegovina y
Turquía.
La
cadena de producción de calzado mixta
también está muy extendida. En este
sistema, algunas fases se realizan en centros de producción
pertenecientes a las marcas o al mismo grupo empresarial y otras en
fábricas subcontratadas. Tod’s, por ejemplo, prefiere externalizar
la producción de las plantillas
de calzado de gama alta y asumir el acabado. Respecto a las
plantillas
de los zapatos de gama media –comercializados a través de la marca
Hogan– se fabrican en una instalación albanesa propiedad del grupo
empresarial, mientras que el montaje corresponde a subcontratistas
italianos situados a lo largo de la costa adriática.
Precios
y desigualdades
Una
característica típica del mercado de lujo es el desequilibrio
creciente entre el precio que se paga por los productos y su valor
real. Sin embargo, este diferencial no se distribuye de manera
equitativa entre las distintas partes que intervienen en su
producción. En gran medida, recae en solo dos partes: el
distribuidor y la marca, que en conjunto se quedan con
aproximadamente el 60% del precio final. Este mecanismo genera
una dinámica que siempre acaba beneficiando a quién ostenta más
riqueza y poder, gracias a factores como el marketing, la capacidad
de acceder a nuevos mercados y al aumento del control sobre los
proveedores, que denuncian que los precios son bajos y los plazos de
entrega ajustados.
Los
precios que las marcas pagan a sus proveedores también cambian
dependiendo del contexto territorial. En el sur de Salento, por
ejemplo, según el abogado Eugenio Romano, los precios que ofrece
Tod’s son como mínimo “un 25% más bajos que los que se paga a
los fabricantes de calzado de la región de las Marcas por las mismas
actividades”. La conclusión de Romano es que “el origen de esta
diferencia de trato se encuentra en una táctica comercial
característica de Tod’s, justificada varias veces por sus altos
cargos, que considera que las empresas de Salento trabajan con
“flexibilidad".
“…Con
lo que Tod’s paga por cada tarea es imposible cubrir todos los
costes. De manera que, muchas veces, las empresas terminan los
pedidos gracias a la economía informal, empleando a mujeres que
cosen las plantillas a mano en sus domicilios. La
tarifa es de 0,7-0,9 euros por par. Ganan 7-9 euros por 12 horas de
trabajo.” Propietaria de proveedora Keope.
Con
el objetivo de asegurarse bajos costos
laborales, en 2013 la Federación Italiana de Contratistas firmó
un acuerdo muy perjudicial para las personas trabajadoras con la
federación sindical CISAL que fijaba un salario base de 710 euros
mensuales para personal no cualificado.
Esa
cantidad queda reducida a unos 600 euros netos al mes tras la
deducción de la cotización a la Seguridad Social y los impuestos
(una media del 20%). Se trata de un importe que, según el Instituto
Italiano de Estadística (ISTAT), es inferior al umbral absoluto de
pobreza en todas las regiones de Italia (incluyendo la de Salento),
independientemente del tamaño familiar.
"Varias
empresas que han sido proveedoras de Tod’s se han declarado
en quiebra. Por otra parte, los sindicatos afirman que “muchas
marcas de artículos de lujo tienden a aprovecharse de la crisis
económica y obligan a las pequeñas empresas bien cualificadas a
trabajar como subcontratistas a precios bajísimos, lo que compromete
su supervivencia en el futuro.”. Sindicatos
de la Toscana.
Aunque
las grandes marcas formalizan contratos de suministro con pocos
proveedores, la cantidad de empresas que realmente participan
en la cadena de suministro es mucho mayor porque muchos de estos
proveedores subcontratan parte de la producción. Algunos de los
motivos que fomentan este sistema son los plazos de entrega muy
cortos y los precios muy bajos. Los precios disminuyen a
medida que se van bajando eslabones dentro de la cadena de
suministro, ya que cada nivel intenta obtener algo a costa del
siguiente y se queda con una parte del precio pactado con la empresa
cliente. En este contexto, suele haber dos ganadores: las marcas, ya
que tienen el poder de imponer los precios, y los talleres chinos,
que se están multiplicando en todos los distritos manufactureros
italianos, también en calzado. En la región de las Marcas, por
ejemplo, se calcula que hay más de 800 establecimientos de este
tipo.
“Antiguamente,
las empresas solo empleaban el personal a domicilio para afrontar
puntas de trabajo o intentar ahorrar un poco, pero ahora tienen
muchas más opciones. Pueden seguir empleando a estas personas, pero
pagándoles menos, ya que compiten con las de Rumanía, Túnez o
China, pueden utilizar las empresas chinas que hay en la zona –que
cuestan alrededor del 50% menos que las del resto del mercado– o
deslocalizar esas actividades productivas al extranjero.”.
Propietario de una empresa con base en las Marcas.
Según
lo recabado durante la investigación, la comunidad china no es la
única que organiza y gestiona talleres ilegales. En las
Marcas la policía descubrió talleres ilegales que empleaban a 23
personas de distintas nacionalidades, incluyendo a algunos
pakistaníes que fabricaban suelas.
Hasta
2010, Geox subcontrataba la gestión de sus almacenes a una
cooperativa de transporte que empleaba a inmigrantes de manera
ilegal. Afortunadamente, gracias a la ayuda de sindicato ADL
(Associazione Diritti dei Lavoratori), el personal de esta
cooperativa pudo organizarse y su situación ha mejorado.
Así
mismo, en verano de 2016, algunas personas empleadas de la fábrica
serbia que Geox posee al 100% se quejaron de malas condiciones de
salud y seguridad, abusos verbales, inexistencia de contratos de
trabajo y otras vulneraciones laborales.
En
enero del mismo año, Geox abrió una fábrica en Vranje gracias a un
fondo no retornable de más de 11 millones de euros aportado por el
gobierno serbio. A cambio de la subvención, Geox se comprometió a
contratar a 1.250 personas y a pagarles un 20% más que el salario
mínimo. Sin embargo, en diciembre el personal seguía denunciando
que Geox no cumplía este último compromiso. Gracias a la franqueza
de algunas personas trabajadoras, a los medios de comunicación
serbios y a la presión ejercida por Cambia Tus Zapatos, grupos de la
Campaña Ropa Limpia y algunos sindicatos, las cosas están
cambiando. No obstante, la lista de medidas correctivas que deben
adoptarse sigue siendo larga.
El
conocimiento público es el primer paso de cualquier proceso de
cambio. Sin embargo, durante la investigación previa a la
publicación de El verdadero costo de nuestros
zapatos descubrimos que el miedo a hablar sigue presente.
Encontrar a personas trabajadoras o a empresas proveedores dispuestas
a ser entrevistadas fue especialmente complicado, y siempre pidieron
permanecer en el anonimato. El motivo oficial eran las cláusulas de
confidencialidad de los contratos, pero en el trasfondo también se
intuía el miedo a perder el trabajo o contratos con grandes marcas.
Recomendaciones
y propuestas
El
seguimiento efectuado a lo largo de la cadena de suministro de
calzado muestra que las tres marcas investigadas en este informe
están muy lejos de respetar los derechos humanos y laborales
fundamentales de las personas que producen sus zapatos. Las cadenas
de producción mundiales están diseñadas para fomentar una
competencia a la baja y suelen provocar
vulneraciones generalizadas de los derechos laborales. Esto aún es
más cierto cuando no existe control público sobre las
cadenas de suministro, de manera que permanecen opacas y las personas
que compran los zapatos no son conscientes de estas vulneraciones. Es
necesario que la ciudadanía y los grupos de personas consumidoras
bien informadas de Europa, junto con los medios de comunicación
independientes y las redes de solidaridad internacional, adopten un
papel activo y garanticen que las empresas cumplen con su
responsabilidad de respetar la legislación nacional, las
convenciones internacionales y los Principios Rectores sobre las
Empresas y los Derechos Humanos de la ONU.
Concretamente,
pedimos a marcas (incluyendo a Tod’s, Geox y Prada) y
distribuidores que:
1
Garanticen que las leyes de salud y seguridad y el derecho a la
libertad sindical se respetan a lo
largo de toda la cadena de suministro.
2
Garanticen el pago de sueldos dignos a
lo largo de toda la cadena de suministro.
Peticiones
relativas al pago de sueldos dignos:
1.
Que los salarios cumplan con los convenios colectivos nacionales
existentes
2.
Como primer paso inmediato para luchar contra los salarios de miseria
en los países de Europa del Este, aumentar las percepciones hasta
que alcancen por lo menos el 60% del sueldo medio nacional.
3.
En Asia, incrementar los sueldos hasta el nivel fijado por Asia Floor
Wage Alliance (AWFA).
3
Garantizar y promover la libertad sindical y el derecho a la
negociación colectiva en toda la
cadena de suministro.
4
Garantizar la total transparencia de las cadenas de suministro y de
las políticas empresariales para
asegurarse de que los derechos laborales se respetan en todo el
proceso productivo.
5
Informar anualmente acerca de los impactos que las actividades de las
empresas generan sobre los derechos humanos, en
la cadena de suministro a través de informes detallados sobre
procesos de debida diligencia, las políticas aplicadas y la
efectividad de las medidas para solucionar las consecuencias
negativas de dichas actividades, empleando indicadores medibles.
La
transparencia en términos concretos: datos que las empresas deben
facilitar para realizar el monitoreo de los derechos humanos.
Información concreta que las empresas deben facilitar:
4.
Trazabilidad de la cadena de suministro: lugar de
producción/direcciones de las instalaciones, intermediarios,
importadores y marcas.
5.
Datos de empleo de la instalación: número de personal que trabaja
en la fábrica y porcentaje de hombres y mujeres; Salario medio de
cada categoría, promedio mensual de horas extraordinarias,
prestaciones otorgadas, presencia de sindicatos oficiales y/o de
convenios colectivos, información sobre el tipo de relación laboral
(en porcentajes), informes disponibles de inspecciones laborales y
auditorías, formación del personal y registro de accidentes.
6.
Datos económicos de la instalación: facturación, número de piezas
vendidas, porcentaje de productos que las marcas obtienen de cada
fábrica y estructura de precios desglosada.
7.
Información sobre los productos: sustancias químicas empleadas,
certificaciones obtenidas y organismos de certificación. Los datos
deben publicarse en un formato que sea accesible y disponible para
todas las partes.
Pedimos
al gobierno italiano, a la UE y a los demás gobiernos nacionales
que:
1
Fortalezcan el monitoreo y la
implementación efectiva de la normativa laboral, sobre todo en las
partes más vulnerables de la cadena de suministro.
2
Cambien las políticas y las leyes
relativas a los permisos de inmigración y trabajo con el objetivo de
eliminar los mecanismos que obligan a las personas inmigrantes a
trabajar de manera ilegal, por lo que quedan expuestas a ser
explotadas y a condiciones laborales indignas.
3
Todas las ayudas a las iniciativas
de las empresas para deslocalizar la producción y atraer inversiones
extranjeras estén condicionadas al respeto total de los derechos
laborales y humanos.
4
Obliguen a todas las empresas a
publicar una lista de todas sus fábricas y proveedores, y a
actualizarla como mínimo una vez al año.
5
Exijan a todas las empresas
transnacionales la aplicación de un plan de debida diligencia de
carácter obligatorio para identificar,
prevenir, mitigar y rendir cuentas sobre las consecuencias negativas
que sus actividades tienen sobre los derechos laborales y humanos a
lo largo de toda la cadena de suministro, como se ha realizado en
Francia recientemente.”
Autoría:
Francesco Gesualdi (CNMS)
y Deborah Lucchetti (FAIR)
Equipo
de investigación: Devi Sacchetto
(Profesor asociado de Sociología de
la Universidad de Padua), con la colaboración de Francesca Alice
Vianello, Giulia D’Odorico, Alberto Gubitta y Silvia Segalla.
Veronica Redini (Profesora
de Antropología de las migraciones de la Universidad de Modena).
Sara Farolfi (periodista
freelance)
Bettina Musiolek (coordinadora
de Entwicklungspolitisches Netzwerk Sachsen y de la Campaña Ropa
Limpia en los países de Europa del Este) y Miodrag
Pantovic (abogado y especialista en
legislación laboral)
Estadísticas:
Pietro Guarnieri
Revisión
del informe: Daniela Kistler, Jivca
Marinova, Stefan Grasgruber-Kerl, Dominique Muller
Diseño:
Yoge Comunicazione Sensibile
Maquetación:
Concepte Gràfic
Traducción
al castellano: L’Apòstrof
Edición
en castellano: Alba Trepat -
Federación SETEM
Fecha
de publicación: Septiembre de 2017
CAMBIA
TUS ZAPATOS es un consorcio formado por 15 organizaciones de
Europa y 3 de Asia. Creemos que los trabajadores y las trabajadoras
de la cadena de suministro global de calzado tienen derecho a un
salario digno y a unas condiciones de trabajo seguras, y que los
consumidores y las consumidoras tienen derecho a productos seguros y
a la transparencia en la producción de sus zapatos.
Este
informe ha sido elaborado con la ayuda financiera de la Unión
Europea. La responsabilidad de los contenidos de este documento
corresponde únicamente a Cambia Tus Zapatos y en ningún caso debe
considerarse que reflejen la posición de la Unión Europea
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