C.I.S
COMUNICA.- 17/03/2019.- La disputa por la conducción del Centro de
Empleados de Comercio de Resistencia enfrentará dos modelos de
gestión el próximo 10 de abril. Por un lado, está la lista morada
de los delegados gremiales traicionados y perseguidos económica y
políticamente por el actual secretario general Roque Schulz,
liderados por el trabajador de Carrefour Hugo Ruiz.
Roque
Schulz, encabeza la lista azul conformada mayoritariamente por su
entorno familiar, los pocos delegados gremiales que lo acompañan
fueron relegados a puestos marginales sin ninguna incidencia en las
decisiones, dado que estos lugares están reservados a los suyos. Su
hija y esposa están estratégicamente ubicadas en la línea
sucesoria del gremio lo que garantiza la administración del negocio
de los servicios sociales y esparcimiento.
Para la gestión actual, pareciera que no existe la obligación de darle ninguna otra contraprestación al trabajador más allá de las que el trabajador pueda pagar, por fuera de los aportes de recibo.
Este
esquema ha logrado con cierto éxito que los trabajadores no evalúen
a sus dirigentes por su idoneidad en la práctica gremial concreta y
solo esperan de su sindicato los servicios de una clínica privada,
una farmacia, una agencia de turismo, un garita de la asistencia
social.
La
explotación que oprime al repositor externo, pasando por el cajero,
el maestranza, llegando al telemarketer del call center y hasta los
operarios fabriles y choferes, encuadrados en el convenio de los
empleados de comercio, cada vez que un trabajador critica la inercia
y el abandono sindical sus críticas -en el mejor de los casos-
siempre son refutadas con las obras del camping que utiliza algunos
días durante los meses de verano.
“Millones
de pesos para un parque acuático que usamos tres meses, cuando
tenemos que pagar 600 pesos por una estudio médico en la obra social
que también pagamos”. “Justifican cualquier atropello patronal
contra los trabajadores. Si la empresa paga puede hacer lo que quiera
y el sindicato no pueda nada”.
El
CEC de Resistencia, como en otros sindicatos de comercio del país,
es funcional al negocio millonario que se monta sobre la premeditada
ineficiencia de OSECAC y la discusión sobre la obra social evita
abordar los problemas de fondo que sufren los trabajadores de
comercio como la precarización, los bajos salarios, el acoso
laboral, el maltrato, la falta de libertad sindical en el lugar de
trabajo y la democracia en el sindicato.
El
proxenetismo de la fuerza laboral juvenil entregada a la
tercerización de las empresas multinacionales de empleo temporario u
otros que se desempeñan en estos nuevos empleos generados por los
desarrollos tecnológicos, quedaron encuadrados dentro de la
actividad mercantil aunque nunca se ocuparon de ellos.
En
el caso de los Call Center, el abandono de este sector motorizó la
creación de un nuevo sindicato. La reacción no fue pensar la
inclusión de ese sector con un convenio propio para la actividad
sino combatir al nuevo gremio a través del lobby que jamás ponen en
práctica para defender a un afiliado.
Los
delegados que no se adoctrinaron a Schulz, fueron marginados,
sufrieron aprietes y persecuta cada vez que iban a la sede a tramitar
cosas para sus representados, se actuó en connivencia con las
patronales para que ejecuten descuentos como parte de la desgastante
persecución sobre el representante gremial y sus representados.
Los
empleados de comercio chaqueños tienen una gran oportunidad de
expresar con el voto, un NO rotundo, a esta práctica gremial, a
estas conducciones que no los representan ni tienen la intención de
hacerlo, porque no surgen de entre ellos y se comportan como patrones
en el Centro de Empleados de Comercio de Resistencia, Chaco.
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