CIS
COMUNICA.- 12/04/2019.- Las elecciones en el sindicato de comercio de
Resistencia establecieron un punto de partida para los verdaderos
empleados de comercio de esa ciudad, pese a la manipulación del
padrón, las prebendas, el apoyo explicito de los empresarios locales
a la lista oficialista, el apriete a los laburantes, las amenazas y
ataques violentos a los candidatos, la legitimación de ilegalidades
por parte del ministerio de trabajo, con todo eso, la corporación
empresaria que dirige los sindicatos de comercio no pudo evitar que
un grupo de trabajadores tengan su propia voz en un ámbito donde hoy
no existe, como es el congreso de la Federación de Empleados de
Comercio y Servicios (FAECyS).
Las Lista
Morada llevaba a Hugo Ruíz de Carrefour a la cabeza, contra la Lista
Azul de Roque Schulz actual secretario general del gremio del que
también es empleado, secundado por su hija, esposa y comadre.
La jornada
transcurrió en tensa calma producto de los eventos previos. Ruiz fue
baleado con un tiro en el pie una semana antes por un sicario en
moto.
A primera
hora de la mañana el conductor radial Julio Wajkman envió un móvil
de su programa al sindicato ubicado en Mitre 266, único lugar de
votación y no les permitieron el ingreso para tomar imágenes.
El
experimentado periodista comentó que lo extraño de la situación
indicaba que se estaba pergeñando un fraude, que las elecciones
terminarían con un 65%, 70% a favor del oficialismo. De hecho el
oficialismo obtuvo un 76% sin contar entre sus filas a ningún
delegado de los grandes establecimientos de Resistencia, Fontana ni
Barranqueras.
Al igual que
en las elecciones en el sindicato de comercio de Capital Federal, la
manipulación del padrón hizo imposible corroborar si el votante se
trataba de un trabajador en actividad, dado que solo se le exigió
presentarse con DNI, algo que solo acredita identidad de la persona,
no así su condición de trabajador en actividad, por ende tampoco se
podía verificar si los afiliados anotados en el padrón, estaban
registrados ante los organismos de la seguridad social, y sobre todo
si el mencionado empleador de ese socio existe como empresa ante AFIP
y si cuenta con un domicilio físico que tampoco incluye el padrón,
por lo que todo indica que se recurrirá a la D.N.A.S para solicitar
informes en subsidio y que en última instancia sea la justicia la
que resuelva. Estos elementos que se están investigando son los que
llevaron a la Lista Morada a no reconocer la victoria que se adjudica
la lista azul.
La
impugnación del padrón o de cualquier otra índole no tendrían
mucho sentido antes de una elección debido a que por instrucciones
de Armando Cavalieri, jefe de Roque Schulz, las elecciones se
hubieran realizado de todas maneras, y ante una eventual derrota
hubieran desconocido el resultado hasta obligar a una intervención
que caería en secretarios generales del sindicato de Puerto Tirol,
Saenz Peña o Joscovich del CEC Villa Angela, o cualquier otro que
tuviera alguna dependencia política o económica con Roque Schulz.
La
responsabilidad de velar por elecciones limpias estuvo a cargo de la
delegada regional del Ministerio de la Producción y el Trabajo,
Mariana Soledad Núñez Rojas.
Nuñez Rojas
se limitó a cuidar formalidades, llamar a las empresas para que
dejaran salir a votar a los trabajadores. Solo salieron los posibles
votantes de la lista azul. A la lista morada no se le brindó esta
igualdad.
Tampoco
observó el padrón, de hacerlo estaba obligada a objetarlo y
proceder a suspender el comicio dadas las irregularidades enumeradas, aunque ninguna lista hubiera objetado
esas omisiones.
El hecho que
otros afiliados hayan optado por participar, cualquiera sean las
razones, incluyendo el desconocimiento de la existencia de un padrón
adulterado que anula todo proceso democrático y transparente, no
convalida un proceso irregular porque pese a la participación de una
lista que luego resulta afectada, la voluntad del ejercicio del
derecho de la participación del resto de los afiliados no está en
cabeza de los miembros de ninguna lista.
Y que la
doctrina de los actos propios -con la que se defienden los tramposos-
solo resulta aplicable en casos individuales, porque esta obviaría
la naturaleza del posible perjuicio colectivo incluyendo la afección
del principio de irrenunciabilidad que asiste a los integrantes de la
lista opositora. La conducta temeraria y desapegada a derecho de la
junta electoral que responde a intereses ajenos al bien común de los
afiliados y sometida a los de la familia Schulz, no les dejó opción.
Además del
blindaje político al fraude, Schulz contó con el aportes
millonarios a su campaña sin promesas, solo de asados y remeras que
rondó los 30 millones de pesos,
aportado por
el empresariado local, y la otra parte desde el Bloque Mercantil del
Interior, un conglomerado de gremios mercantiles conducidos por las
seccionales de Buenos Aires que aspiran a quedarse con la conducción
de FAECyS.
Representantes
de ese sector estuvieron concluidas las elecciones de incógnito en
las puertas del sindicato, aunque no estaban muy conformes sabiendo
que al existir minoría, Resistencia no puede garantizarle apoyo
unánime en la disputa interna en la federación que administra
OSECAC y negocia las paritarias. De las elecciones de los sindicatos
surgen los congresales que deciden los rumbos de la federación
incluyendo al secretario general.
La
experiencia de la Lista Morada, que fue tomando forma en poco tiempo,
comenzó en los grupos de Whatsapp de delegados del propio sindicato,
cuando Héctor “Peluche” Verón, un aguerrido delegado de la cadena de Supermercados Impulso, fue eliminado del mismo, por cuestionar la
política de sus dirigentes, una comunidad que solo acepta
obsecuencias del que uno a uno fue eliminado. Le siguió Daniel Ojeda
y luego el resto de la Lista Morada que Hugo Ruiz, el más veterano
de ellos supo reunir, encauzarlos hasta poner una propuesta a
disposición del resto de los mercantiles chaqueños.
Fue el propio
Schulz el que generó las condiciones para la crisis de autoridad en
la que decantó la su gestión y se agudizará en el futuro, salvo
que tenga la cintura política que no ha demostrado hasta hoy con
esta nueva oposición, que ni los millones, ni los aprietes, ni el
fraude lograron amedrentar, porque aunque en el ámbito local el dato
no repercuta con la importancia por lo que implica, la Lista Morada
se ganó con los votos un lugar en la discusión nacional sobre las
condiciones de vida de dos millones de trabajadores, los empleados de
comercio y los que trabajan en los establecimientos mercantiles, algo
que para la estructura burocrática y que desde afuera de Resistencia
se lee como una derrota para el oficialismo que festejó sin saber lo
que realmente perdió.
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