Ante este accionar, desde el Sindicato Joven CIS se elevó un informe a los empleadores argentinos y suizos detallando lo sucedido, intimándolos, a uno para que otorgue tareas y al otro para que los absorba como el real empleador que es.
Los trabajadores habían acordado incorporarse a TRF por fuera del convenio de camioneros, que es el que rige en TRF, esto se hizo para que conservaran los beneficios sociales y salariales, ya que los camioneros en TRF perciben salarios inferiores a los que -por acuerdos de empresa- cobran en Just y según TRF, generaría conflictos con el gremio camioneros que con justa causa reclamarían la igualdad salarial para sus representados, lo mismo que reclama el personal tercerizado en TRF, respecto a los convencionados en camioneros.
Las entrevistas pautadas para que los ingresantes fueran informados de los detalles de la incorporación a TRF, como horarios, turnos, etc, nada de esto sucedió, fueron maltratados y acosados por el gerente Fredes, apenas les insinuaron que realizarían tareas jerárquicas, lo que implicaba una modificación de las condiciones de trabajo normales y habituales, sin ofrecerles un proceso previo capacitación, entrenamiento y período de adaptación, por el contrario, la falta de capacitación fue presentado como un obstáculo para acceder al puesto acordado de antemano en la cesión de contrato. A uno de ellos le pusieron una computadora enfrente para mofarse de su falta de instrucción en tareas de informática que nunca realizó y hacerle saber que en ese lugar no tenía futuro.
Tras el fracaso de TRF en su intento de hacerlos desistir, Just Argentina le respondió oficialmente al Sindicato Joven CIS que la opción TRF ya no estaba disponible, ofreciendo negociar indemnizaciones agravadas, oferta que fue rechazada al mismo tiempo que dieron inicio a las audiencias de mediación pre-judicial a la que asistieron todas las partes, los representantes legales de Just Argentina, propiedad del filántropo argentino de la Fundación Forge, Jacques Mizrahí, de Just International Latam y de su propietario, el magnate suizo y gurú del bienestar emocional, Justrich Hans Ulrich.
En este nuevo contexto, Just Argentina, -para ganar un poco de tiempo, lo único que tienen a favor en este lío- resolvió confrontar con la exigencia del Sindicato Joven CIS de ‘dación de tareas’, comunicando suspensiones que no cumplen los requisitos de la única figura legal permitida para tal decisión prevista en el Art. 223 Bis de la LCT, y unas horas después comunicó una serie de despidos con causas falsas, entre ellas por haberse manifestado gremialmente en distintas ocasiones durante estos 100 días desde que la empresa inició un lockaut patronal con vaciamiento, por opinar en las redes sociales, e violar una conciliación obligatoria que la empresa nunca cumplió.
Los despidos, que hasta ahora alcanzaron a 4 de los 28 trabajadores reclamantes, desató nuevamente el conflicto cuyas consecuencias son impredecibles y que, como primer medida de protesta consiste en una huelga de hambre de parte del delegado Mardonio Racedo, y los trabajadores Lucas Forastello y Daniel Weber. La medida que dio inicio este viernes desde las 10 de la mañana y se extenderá por 24 horas. “ La finalidad de la misma y de las que le sucedan es exigir el cumplimiento del acuerdo firmado entre nuestros respectivos empleadores, Just Argentina y Just Suiza el 8 de abril pasado, tras el acampe de 18 días en la Planta Just International LATAM de General Rodríguez.” afirmó la Asamblea de trabajadores Just Argentina en un comunicado.
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