CIS COMUNICA.-
08/11/2018.-El pasado 27 de marzo los choferes firmaron un escrito y
presentaron a José Doce Portas -hoy condenado a 3 años de cárcel
por la tragedia de Once- dueño de las empresas de colectivo EXPRESO
JOSÉ MARÍA EZEIZA (E.J.M.E) y EXPRESO ESTEBAN ECHEVERRÍA (E.E.E).
En ese escrito que también fue elevado al entonces ministro de
trabajo Jorge Triaca se remarcó detalladamente el preocupante estado
de las unidades y el riesgo que las mismas representaban para
choferes y usuarios.
Nunca hubo respuestas. Ayer murió un chofer intentando sofocar el incendio del colectivo que manejaba. Se llamaba Grabriel Ybáñez. Manejaba un interno de la línea 306 que une San Justo - Spegazzini. En el mes de marzo de este año el trabajador había acompañado con su firma un petitorio dirigido a la empresa y el ministerio de trabajo donde se planteaban una serie de reclamos referido a las condiciones de trabajo que de haber sido atendidas en tiempo y forma otra hubiera sido la historia.
El tema que más preocupaba a los trabajadores era el estado de las unidades. El escrito dirigido a Jose Doce decía: "Como es de su conocimiento, y en atención a su 'Deber de seguridad', reiteramos -esta vez por escrito- el mal estado de las unidades. Como es de conocimiento suyo, las mismas tienen fallas constantes, desde el funcionamiento defectuoso de los frenos, las puertas que no abren o cuando lo hacen cierran bruscamente ocasionando golpes y lesiones a los pasajeros, las luces no funcionan en su totalidad, el asiento del chófer no mantiene las mínimas condiciones de seguridad y ergonomía, frente a este cúmulo de irregularidades que ocasionan perjuicios a la salud y aumentan el riesgo de accidentes, se le debe agregar el maltrato del jefe de mecánico quién actuando en nombre suyo comete constantes faltas de respeto a los choferes que manifiestan estas quejas que su deber de seguridad no puede desconocer, sin embargo, lejos de resolver el problema, los agrava a punta de insultos, obligando al personal más nuevo a que maneje las unidades como sea, poniendo en riesgo la integridad del chófer y la de los pasajeros, exponiendo una supuesta falta de contracción al trabajo del resto del personal que decide no arriesgar su vida ni la de terceros. Esto incumplimientos son también la causa -en la mayoría de los casos- de las multas que por diferentes motivos nos aplica la inspección de tránsito comprometiendo no solo nuestro registro profesional sino también parte de nuestro salario con las multas con sumas dinerarias impagables que se nos reclama, obligados a asumir el riesgo empresario por falta inversión”.
El tema que más preocupaba a los trabajadores era el estado de las unidades. El escrito dirigido a Jose Doce decía: "Como es de su conocimiento, y en atención a su 'Deber de seguridad', reiteramos -esta vez por escrito- el mal estado de las unidades. Como es de conocimiento suyo, las mismas tienen fallas constantes, desde el funcionamiento defectuoso de los frenos, las puertas que no abren o cuando lo hacen cierran bruscamente ocasionando golpes y lesiones a los pasajeros, las luces no funcionan en su totalidad, el asiento del chófer no mantiene las mínimas condiciones de seguridad y ergonomía, frente a este cúmulo de irregularidades que ocasionan perjuicios a la salud y aumentan el riesgo de accidentes, se le debe agregar el maltrato del jefe de mecánico quién actuando en nombre suyo comete constantes faltas de respeto a los choferes que manifiestan estas quejas que su deber de seguridad no puede desconocer, sin embargo, lejos de resolver el problema, los agrava a punta de insultos, obligando al personal más nuevo a que maneje las unidades como sea, poniendo en riesgo la integridad del chófer y la de los pasajeros, exponiendo una supuesta falta de contracción al trabajo del resto del personal que decide no arriesgar su vida ni la de terceros. Esto incumplimientos son también la causa -en la mayoría de los casos- de las multas que por diferentes motivos nos aplica la inspección de tránsito comprometiendo no solo nuestro registro profesional sino también parte de nuestro salario con las multas con sumas dinerarias impagables que se nos reclama, obligados a asumir el riesgo empresario por falta inversión”.
Que las condiciones
enfermantes tampoco eran ni son debidamente atendidas por el servicio
médico. “MALTRATO AL PERSONAL: El servicio médico actuando en
nombre suyo hace abuso de autoridad. Se excede en sus facultades no
permitidas formalmente por Ud. ni habilitadas éticamente por el
colegio médico, comprometiéndolo legalmente a Ud. Por lo tanto
presta un mal servicio y compromete nuestra salud por lo que
solicitamos se tome carta en el asunto de manera URGENTÍSIMA. La
totalidad de las irregularidades e incumplimientos expuestos en la
presente han sido motivo de quejas y reclamos debidamente
manifestados por quienes suscriben la presente, trasladados en
diversas oportunidades a los superiores, como a los dueños,
directivos y administradores de la empresa, sin obtener una respuesta
positiva más que represalias con el personal que las manifiesta. Es
por tal razón que quienes suscribimos la presente solicitamos - a la
mayor brevedad posible- un espacio a fin de dialogar sobre tales
irregularidades con las cuales nos enfrentamos a diario”.
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