CIS
Comunica.- 26/12/2018.- Tras el cierre de 3 sucursales de Musimundo,
perteneciente a la sociedad Electrónica Megatone S.A (EMSA) en la
Capital Federal (Liniers, Caballito, Abasto) crece la incertidumbre
en el resto de los locales propiedad de esa sociedad. EMSA es
propietaria de unas 140 sucursales de la cadena de electrodomésticos en todo el país, hace unos meses el otro socio propietario de
Musimundo, CARSA, del empresario chaqueño José María Franchino
entró en concurso preventivo de crisis del que ya salió aunque en
el proceso bajó la persiana de 32 sucursales donde unos 800
empleados perdieron el empleo de los 5 mil que llegó a tener.
“Quieren
bajar el costo laboral. Con 5 operadores atienden a todo el
país. Ingresan de China a Ezeiza y de ahí por Andreani, Oca, Cruz
del Sur en la patagonia al cliente, nos están descartando y nadie nos defiende”.
La
introducción de mecanismos de comercialización de la venta online
en ámbitos donde ya existe la venta presencial, producen estragos en
la vida de los empleados de comercio debido a la falta de control y
medición sobre el impacto en el mercado laboral de las nuevas
tecnologías facilitada por la nula regulación del estado y de la
anuencia por acción u omisión de las organizaciones de
trabajadores.
Desde
el sindicato que convencionalmente agrupa a los trabajadores de
Musimundo en Buenos Aires -pese
a que son muy activos al momento de desacreditar a sus opositores-
no han emitido opinión en
sus redes ni a través de sus medios afines.
Intentamos
comunicarnos con el delegado
en esa
empresa y miembro de la transitoria
comisión
directiva DE FACTO del SEC Capital a
través de su red social Twitter
@Christianr_sosa
para consultar sobre la postura del gremio y obtuvimos la misma respuesta que los trabajadores de Musimundo.
Sosa,
más conocido como el “Pity” negoció en su momento con la
gerencia de RRHH de
CARSA y
el entonces secretario sindical del gremio Armando Cavalieri el
cierre de las
sucursales como
la de Callao y Corrientes y Florida 313 y
el traslado de los delegados afines a otros establecimiento. De
esa manera no tenían de qué quejarse, acataron
el relato empresario limitándose a discutir indemnizaciones que se
abonaron en cuotas y algunos gerentes se llevaron el disgusto de
haber percibido sus liquidaciones con cheques sin fondos.
Los
empleados de la cadena atribuyen estas re-estructuraciones a una
reforma laboral encubierta con anuencia de la dirigencia sindical. En
efecto, la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios
(FAECyS) ya hizo público su apoyo en 2017.
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