CIS COMUNICA.-
22/01/2020.- Es hora que el Hipódromo de Palermo cambie sus prácticas laborales
que afectan a cientos de trabajadores que se desempeñen en sus salas de juego. No
es concebible en una sociedad democrática en el siglo XXI el comportamiento
empresarial y gerencial de esta firma. Las situaciones que narran sus
trabajadores y que se ventilan en los tribunales argentinos terminarán con
condenas económicas para los propietarios y más de un gerente tras las rejas.
No consideramos que ‘si la empresa paga puede despedir’,
aunque mienta invente causas y discrimine, amenace, espíe para obstruir la
libertad que tienen los trabajadores de elegir el sindicato donde organizarse, ni que ese ejercicio abusivo del poder sea
atribuido a la llamada ‘facultad de dirección’.
Abusos que se materializan en cambios de tarea sin sentido,
el aislamiento de otros compañeros, la asignación de tareas inejecutables,
innecesarias o denigrantes como vigilar un estacionamiento vacío en horas de
madrugada con 0° (Cero grado). La sobrecarga o no asignación de tareas,
difamar, criticar o ridiculizar al empleado solo porque considera injusta una
suspensión sin motivo.
Contra todo eso se están revelando los trabajadores del
Hipódromo de Palermo. Y ya van casi una docena de sentencias judiciales que condenan
la discriminación, la persecución y los despidos con causas inventadas, las
sanciones y suspensiones sin sustento en la realidad.
Ya hicieron comparecer al Sr. Federico De Achaval (dueño del
hipódromo), que se resistía a concurrir a las audiencias, hasta que –por la fuerza
pública- se dignó a comparecer como cualquier ciudadano que reside en este país
y debe respetar las leyes o cuando se la hacen respetar, como lo están haciendo
sus propios trabajadores.
Mario Alejandro FLORES y a Clever Jonatan CÉSPEDES Carolina Antonela DUARTE,
con el fallo judicial que ordena la reincorporación de todos ellos.
con el fallo judicial que ordena la reincorporación de todos ellos.
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