Vistas de página en total

viernes, 24 de enero de 2020

SOBRE LIBERTAD Y DEMOCRACIA SINDICAL EN ARGENTINA.-


CIS COMUNICA.- *OPINIÓN.- ¿Qué es la personería gremial?.- Son las primeras preguntas que nos hacen los trabajadores cuando toman contacto con el Sindicato Joven, a lo que uno responde que es una facultad que se le otorga a un sindicato que tiene más afiliados que otro de la misma actividad -en el caso que exista- para negociar colectivamente salarios y condiciones de trabajo, además el empleador tiene la obligación de retener el aporte sindical obligatorio del 2% a todos los trabajadores de esa actividad, la cuota de afiliación y depositarla en la cuenta del sindicato para que éste pueda financiarse y desarrollar un programa de acción.

La repregunta surge natural: ¿Y quién decide sobre la personería gremial?.- En primera instancia, los trabajadores al decidir afiliarse mayoritariamente a un sindicato determinado. 
En el ‘mundo ideal’ es el estado el que debe otorgar la personería gremial tras una compulsa o competencia entre ambas organizaciones donde se verifica cuál es la más representativa en base a la cantidad de afiliados.

En el ‘mundo real’, el estado no realiza compulsas, solo se limita a reconocer la patria potestad de la representación colectiva a sindicatos que mantienen huérfanos a sus representados. 

Lo cierto es que con más de tres décadas de democracia, los trabajadores argentinos siguen siendo rehenes de un modelo sindical injusto que los divide, debilita y desde las bases monopoliza los derechos colectivos y en conjunto con las patronales suprime la democracia en los lugares de trabajo oprimiendo o eliminando cualquier expresión distinta, socavando todo el tiempo, el derecho que tienen los trabajadores de participar libremente en sus sindicatos, marginándolos a cumplir solo la obligación de aportar parte de su salario para la existencia de estructuras que utilizan esos recursos para convertirse en sus propios verdugos. 
Por ejemplo, a la patota que asesinó a Mariano Ferreyra no la pagó Pedraza de su bolsillo, salieron de los fondos del sindicato con personería gremial, aportados por los mismos trabajadores que fueron reprimidos por esos sicarios.

Entender para qué sirve la personería gremial y qué se haría con ella cuando se la obtenga es un debate que nos estamos dando en el sindicato joven, intentando despojarnos de la retórica vapuleada por los conceptos abstractos sobre libertad sindical que a veces reducen la discusión al elitismo de los abogados y a los intereses de los teólogos de la unidad del movimiento obrero, tanto para reclamarla como para negarla. 

Pese al cuadro que se describe, es habitual escuchar en los congresos de OIT a los voceros del autodenominado ‘movimiento obrero argentino’ golpeándose el pecho, afirmando que Argentina es el país donde más delegados existen en empresas como Walmart (la antisindical N°1 del planeta) y que eso demuele cualquier acusación injusta al modelo de unicato. 
¿Acaso se explica la calidad de representación que reciben los trabajadores de Walmart o el apoyo que reciben de sus sindicatos los delegados de Walmart que intentan ser representantes idóneos de sus compañeros y compañeras trabajo?.  

Nos dicen que dividimos al movimiento, cuando en realidad lo que hacemos es incluir todo el tiempo a los trabajadores a la vida sindical. En el sector privado argentino solo 25 de cada 100 conoce o entró alguna vez a su sindicato. 88 de cada 100 jamás votó un delegado.

¿Cuánto contribuye al antisindicalismo empresarial, la politica antisindical de los sindicatos?.

Para refutar nuestras supuestas 'paranoias', proseguirán que en Argentina tenemos un índice de afiliación más alto que en Dinamarca, Estados Unidos, Alemania, sin aclarar al auditorio que escucha en 8 idiomas, que las afiliaciones en algunos casos son compulsivas, en otros están atadas a los servicios indispensable que los bajos salarios no pueden pagar como una simple consulta al odontólogo para el que no hay turnos disponibles por la obra social que decide demorarla, salvo que estés afiliado al sindicato.

Ya con la discusión acalorada el tecnócrata que envía la hermana CGT, dirá que si no te gusta podés presentar listas porque en Argentina tenemos plena libertad sindical. 

A lo que se le responde con más preguntas: ¿Qué libertad tiene un trabajador para presentar lista en su sindicato cuando le exigen que haya sido o sea delegado, cuando jamás pusieron una urna en su lugar de trabajo, o que le exijan ser argentino en actividades donde la mano de obra es mayoritariamente migrante?.
Entonces interrumpe el moderador 'neutral' para decir que son cuestiones internas de nuestro país que en todo caso son los trabajadores lo que tienen la última palabra, palabra que nunca se la dieron ni se la darán en el modelo sindical existente.

Por todo lo dicho, debemos seguir militando por la reformulación de las prácticas sindicales que exceda la mera solidaridad con el perjuicio consumado, seguir caminando hacia una política sindical activa, más alejada de los estudios de televisión y un poco más cercana a sus afiliados.

Para lo que solo la participación genuina de los trabajadores limitará esa utilización de la organización gremial, ya sea como empresa familiar, o escudo legitimador en la arena política de dirigentes que solo la usan de trampolín para llegar a los estrados legislativos, acto seguido olvidarse como llegaron ahí, sin dejar al irse del cargo, un rastro de alguna legislación o decisión que vaya en el sentido de los intereses que la organización que lo puso en ese lugar defiende –o que dice defender-  a diario.

Esa es la democracia sindical por la que creemos se debe luchar y el camino que se debe seguir y el sindicalismo que necesitamos construir.

*Gustavo Córdoba. Delegado General del Sindicato Joven CIS en CTA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario