CIS
COMUNICA.- 10/03/2022.- Bariloche es una de las cadenas de heladerías más
importante de Córdoba, que ha crecido sobre la explotación inhumana de sus
trabajadores y trabajadoras a quienes prohíbe la sindicalización como otra
forma de negar derechos y a su vez imponer con la mayor impunidad condiciones
laborales deplorables, bajos salarios, maltratos y evasión de todo tipo.
“Si no te gusta como se manejan, te inventan alguna mentira y
te echan con causa, RRHH se encarga de eso, se manejan con prepotencia y soberbia
a los gritos, tratando mal al personal, haciendo maltrato psicológico y mental
a los empleados junto con supervisores. Burlándose en la cara de los empleados”.
Un comentario al que se suman un sinfín de
abusos como la negativa a otorgar los recibos en tiempo y forma, así como las
horas extras que se abonan por fuera del recibo bajo el ítem “horas de pandemia”,
horas en negro que se las devuelven con días libres cuando las condiciones
climáticas no ayudan a la venta.
Una evasión impositiva que se extiende a la
remuneración de los cajeros de los turnos de cada sucursal. Otro mal sabor para
el personal de Heladerías Bariloche, es que los feriados se los hacen figurar
en los recibos pero no se los pagan.
Las mujeres enfrentan continuos actos de
discriminación por su condición de madres, ante la posibilidad de embarazo o al
regreso de la licencia de lactancia para que se vayan, lo paradójico que está
misoginia es llevada a cabo por el personal jerárquico que son también mujeres
Carolina Lamelas y Andrea Allasia a las órdenes de Martín Oddo, dueño de la firma
que al parecer también se siente dueño de la legislación laboral que manipulan
a su antojo a la que no sol evaden de mil formas sino que también tienen un
nulo respeto por la salud de su personal a quienes les desconocen los
certificados médicos para no pagarles las licencias por enfermedades, muchas de
ellas consecuencia de las propias condiciones enfermantes de sus
establecimientos.
Los pueden convocar a reuniones fuera del
horario laboral, tampoco se respeta el lapso de descanso entre una jornada y
otra ya que una misma personas trabajadora que hace el cierre nocturno debe
realizar la apertura.
Esta flexibilidad de los tiempos no se aplica
al personal dado que para un simple cambio de horario se deben cumplir ciertos
requisitos, méritos personales y constancia que motiva el pedido.
Al maltrato personal se suma el de las
condiciones edilicias, baños en condiciones insalubres, el personal come en el
piso o sentados en los tachos de helados porque no les proveen ni sillas ni
mesas.
El hostigamiento laboral al personal es parte
de la política que se le inculca a los supervisores, provocando serías
consecuencias a la salud psicofísica cuyas secuelas se evitan asumir al
rechazar los partes médicos que diagnostican stress, ordenan reposo que la
empresa no paga y los pasa como faltas injustificadas. Durante la pandemia no
se respetaron los protocolos, hubo casos de personas contagiadas que fueron
presionadas para retomar tareas antes del alta médica.
El ingreso se ficha por email y se debe
ingresar 10 minutos antes.
Como en todo ámbito donde proliferan
injusticias siempre existe una minoría que se supone privilegiada al no
padecerlas, lo que en el mundo del trabajo llaman ‘favoritismo’, que Heladerías
Bariloche también existe, son formas de fragmentación que utilizan las
patronales para impedir la unidad entre los trabajadores, aunque también existe
la prohibición de afiliarse al sindicato. Las sanciones se firman sin la copia
para el trabajador que le permitirá realizar su defensa en los 30 días
posteriores como establece la ley.
Las vacaciones también se otorgan de manera
arbitraria, sin respetar los plazos ni les dan adelantos, por lo tanto ‘salís
sin plata’.
Modifican todo el tiempo las condiciones de
trabajo, en algunos casos el personal de mantenimiento y fábrica los obligan a
realizar atención al público.
El sindicato al que aportan es el de la
alimentación, STIA-CGT, que frente a los abusos de la heladería ‘nunca se
calentaron’ rematan los trabajadores.
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