CIS
Comunica.- 25/10/2018.- El 5 de noviembre comienza el juicio por
irregularidades en la financiera Cordubensis (CBI), en el que están
implicados el expresidente de la financiera Eduardo Rodrigo y sus
socios, el arrepentido Miguel Vera, Darío Onofre Ramonda, Luis de
los Santos, Diego Sarrafian, entre otros imputados que llegan a 16.
El Tribunal Federal Oral 2 de Córdoba fijó esa fecha para el
proceso por asociación ilícita, lavado de activos e intermediación
financiera no autorizada, el primero en el país por ese delito.
En
está causa también están imputados por presunta defraudación
por administración fraudulenta Armando Cavalieri junto a 12
integrantes del órgano de conducción de Osecac, obra social
sindical del sector que posee en el país más de dos millones de
afiliados. En el mes de junio Cavalieri se presentó ante Vaca
Narvaja, negó los hechos y se abstuvo de declarar.
La
causa. Además de Cavalieri, la imputación alcanza a Carlos Alfredo
Béliz (actual director de Osecac) y a los dirigentes de la obra
social a nivel nacional, Pedro Ángel Mezzapelle (SEC Mar del Plata),
Daniel Andrés Ruberto (SEC Paraná), José Luis Oberto (AGEC Río
Cuarto) y Carlos Alberto Restivo (SEC La Plata) como autores de
defraudación además de personas de Mendoza, San Luis y San Juan como
participes necesarios.
Los
cheques son la clave. Según normas bancarias, para que este tipo de
valores no se desvíen en toda la cadena de pagos -desde que salen de
la obra social hasta llegar al prestador- deben ser cruzados y
contener la leyenda “no a la orden” con el fin poder controlar
cada eslabón del pasamanos. Contrariamente a la información que
trascendió, la investigación judicial detectó que los cheques de
la obra social salían sin esas medidas de seguridad para ingresar a
empresas fantasmas y permitir que los cheques de OSECAC se
monetizaran e ingresara el dinero al circuito de la financiera ilegal
cordobesa. El cálculo aproximado indica que con la operatoria
señalada inyectaron a CBI unos 53 millones de pesos, a través de
pagos desde las delegaciones de OSECAC Mendoza, San Juan y San Luis.
Y
en la misma proporción vaciaron las arcas de la obra social
mercantil. Fundaciones inexistentes. Para sacar el dinero de la obra
social, que en teoría debía ser destinaba a pagar prestaciones
médicas a afiliados, se utilizaron una serie de empresas fantasma y
otras entidades que sí tienen actividad reconocida. Los
investigadores pusieron la lupa en los cheques emitidos a nombre de
Fundación de Prestadores de Salud (Fundapresa), Asociación de
Clínicas y Sanatorios de la ciudad de Villa Mercedes, Fundación de
Prestadores de Salud (Fundeas), Fundación Bemac Ayuda, Fundación de
Aportes para la Salud, Fundación de Prestadores de Salud de Mendoza
(Funpresame), Emprendi - miento de Salud Asociación Civil. Estas
funcionaban como intermediarias con el fin de gestionar y administrar
el dinero que la obra social pagaba por prestaciones que en realidad
nunca realizó. Muchos valores terminaron en Toyota Compañía
Financiera SA y Centro Motor S.A., otras en las firmas Halabo S.A. y
Jotemi S.A. Estas dos últimas eran una pantalla para monetizar
cheques en el Banco Nación, sucursal San Jerónimo.
Hace
un mes la Justicia Federal de Córdoba decidió sobreseer en la causa
CBI, al empresario de esta ciudad, Euclides Bugliotti, quien estaba
acusado de asociación ilícita.
En
la causa de la financiera Cordubensis (CBI), Bugliotti, en su calidad
de titular de Grupo Dinosaurio, estaba presuntamente vinculado en el
cambio de cheques de Osecac que su contador Fernando Guevara Amado
gestionaba en la “mesa de dinero”.
Cabe
recordar que en su carta póstuma, el fallecido vicepresidente de
CBI, Jorge Suau, describió a Guevara como “testaferro” del
titular del Shopping Dinosaurio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario