EL SEOCA QUIERE IMPEDIR CON VIOLENCIA, LA ELECCIÓN DEL CIS EN CHANGO MAS MORENO.-

CIS COMUNICA.- 10/12/2021.- El Sindicato de Comercio de Zona Oeste de Buenos Aires, está convocando a sus delegados para intimidar a los trabajadores del Chango Más de Moreno, para que no voten a sus delegados del Sindicato Joven CIS-CTA, en las elecciones a llevarse a cabo este domingo 12 de diciembre. La orden de asistir al Chango Más del Cruce Castelar circuló por los Whatsapp institucionales, por lo tanto están identificados los responsables de cualquier incidente que vaya a ocurrir además de las autoridades de la empresa que son quienes le informan al sindicato de los movimientos de los afiliados del CIS dentro del establecimiento así como de las comunicaciones de asambleas y en este caso elecciones que se realizan por cartas documentos, y cuyos detalles solo están en conocimiento del CIS y al recibir la notificación, la empresa Chango Más.

No es la primera vez que la conducción de este sindicato apela a estas maniobras, en 2012 en ocasión de la asamblea para elegir la junta electoral para las elecciones del gremio, no permitieron el ingreso de la agrupación opositora que iba a disputarle la conducción a Ledesma. A su hijo, Fabricio, por esos años, asalariado del Congreso Nacional, se lo proceso penalmente por los hechos de violencia ocurridos en las afueras de la asamblea, donde delegados y afiliados fueron agredidos y corridos a los tiros. De todas formas Ledesma siguió adelante con las elecciones, declaradas nulas por el ministerio de trabajo, lo que decantó en la intervención del SEOCA, misión que FAECyS le encargó al dirigente macrista Pedro Orlando Machado, del SECLA Lanús-Avellaneda y a Carlos Raimondo del SEC Zona Norte, intervención que duró hasta 2016, cuando dispersada la oposición y con lista única, Ledesma volvió a la conducción del SEOCA de la que nunca se había ido y vuelto a reelegirse hace unas semanas sin dificultades, ya que lo poco que quedaba de aquella oposición se integró al oficialismo.

La reincidencia del bando de Ledesma en hechos de amedrentamiento contra trabajadores que intentan ejercer un derecho como el de la libertad sindical, no sería posible sin la protección de empresas como Chango Más, estas facilitan el ingresos de estos grupos en los locales, hacen la vista gorda ni sus cámaras nunca detectan nada, mientras su personal es amenazado.

Sin embargo, ante la mínima expresión de sus trabajadores cuando se manifiestan pro sus derechos, hacen venir a las más altas autoridades policiales del distrito para intimidarlos, amenazarlos con detenciones arbitrarias, aunque estas manifestaciones de los trabajadores se den dentro del marco de los derechos constitucionales de cualquier persona trabajadora en nuestro país.

Los delegados y delegadas, a los que nunca se los apoya cuando se trata de trabajadores que representan en sus lugares de trabajo, están obligados a asistir a este tipo de actividades delictivas, negarse es para que te acusen de ‘traidor/a’, y te nieguen los permisos gremiales o la posibilidad de llevar a la pileta del gremio a la familia sin pagar la entrada, algunos defienden esos ‘privilegios’. Es el caso de los delegados del Mayorista Yaguar de la zona oeste, quienes ya están identificados y denunciados por hechos similares. Hace unas semanas -a solicitud de Chango Más- junto a otros delegados de SEOCA, se hicieron presentes a impedir una asamblea de trabajadores en el mismo local donde este domingo se realizarán las elecciones, intervino la policía, los identificó y la asamblea de afiliados del CIS se realizó de todas formas pero en ese clima de hostilidad. 

Luchar por la libertad sindical no siempre es un sendero de armonías.

Chango Más, (ahora DORINKA tras la compra a Walmart del Grupo De Narváez), es propiedad del empresario Francisco de Narváez, en su paso por la política fue el jefe -hasta que el bloque mercantil del interior se alineó con el macrismo- de Rubén Ledesma, secretario general del Sindicato de Empleados y Obreros del Comercio y Afines (SEOCA) de La Matanza, Moreno, Morón, Merlo y todo el resto de la zona oeste del gran Buenos Aires, donde empresa y sindicato se ponen del mismo lado del mostrador, cuando se trata de no respetar la voluntad de los trabajadores.