CIS COMUNICA.- 05/11/2021.- El compañero Marcelino Sánchez, trabajador del Maxi Carrefour Ezpeleta, integrante de la Comisión Directiva del Sindicato Joven CIS CTA-A de la Provincia de Buenos Aires, denuncia la discriminación y persecución sindical, que lleva adelante el personal jerárquico en nombre de la multinacional francesa, con la finalidad de sostener la precarización laboral y los contratos basuras que le empresa quiere seguir manteniendo con el silencio de los sindicatos y callando las voces de los que defienden sus derechos.
Es así, que luego de haber sido objeto de continúas falta de respeto y en virtud del DEBER DE SEGURIDAD que tiene Carrefour de propiciar un ambiente laboral seguro y libre de violencia, es que decidió notificarlos de manera fehaciente de un hecho acontecido: “El día 28 de octubre la jefa del sector frescos, la Sra. Alejandra Candia me dice q me hicieron seguimiento por cámara, por que había entregado yogures con precio de vencimiento corto SUPUESTAMENTE el día 25. Siendo que no me consta una orden ni cartel de advertencia de no sacar yogures a la venta desestimé el comentario. Sin embargo, el dia Miércoles 3 de noviembre el Sr. Orlando Waterporoj, subgerente administrativo me solicita le firme un papel informal donde se me atribuyen incumplimientos laborales cuya consecuencia sería una sanción con consecuencias económicas para esta parte.”
Todo esto sin atender motivos ni razones del suscripto y sin acreditar los hechos que en el supuesto de haber ocurrido tal como la gerencia lo imagina, deben informarse utilizando los mecanismos legales previstos, y no como se pretendió sin respetar el derecho que le asiste a Marcelino como a cualquier trabajador/a en la República Argentina, de ser notificado por la vía legal correspondiente, derechos que las multinacionales suelen desechar como si estuvieran en alguna de sus antiguas colonias.
“Es el principio de otra maniobra como represalia hacia mi actividad sindical en el Maxi Carrefour Ezpeleta desde donde he realizado numerosos reclamos. Uno de ellos que cuando se comunique algo se entregue copia, porque nunca lo quieren hacer, así nos pueden inventar lo que quieran con tal de sacarnos plata con sanciones injustas por causas inventadas como está que me quieren hacer para suspenderme.”
Carrefour a través de su personal jerárquico en Ezpeleta, increpa en malos términos, práctica el mobbing como política y el vacío como diálogo sumada a la violencia epistolar en sus comunicaciones telegráficas impropias de la vida democrática, cometiendo todo tipo de prácticas desleales respecto a la organización sindical que agrupa a Marcelino Sánchez, al propinarle tratos distintos respecto al sindicato que convencionalmente los agrupa el Sindicato de Empleados de Comercio de Quilmes. “Nunca nos hemos sentido representados, y fue así que haciendo uso de mis derechos constitucionales decidí desafiliarme al SEC QUILMES y afiliarme a otra organización, en ejercicio de la libertad sindical”, libertad que Carrefour se empeña en cercenar apelando a maniobras como la discriminación, persecución y maltrato.
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