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lunes, 25 de mayo de 2020

¿LOS PASEADORES CANINOS, REALIZAN ACTIVIDAD ESENCIAL?. Sí.


CIS COMUNICA.- 25/05/2020.- La situación de los trabajadores denominados paseadores caninos es tan importante como preocupante no solo porque desde el inicio de la cuarentena no están trabajando y como son una actividad autónoma, en muchos casos de la economía informal no tienen otro ingreso que no sea el que se garantizan ellos mismos, sino por tratarse de una actividad esencial, si se toman en cuenta los testimonios de las personas dependientes del Servicio de Paseo Canino que en muchos casos los encuadran en situaciones de fuerza mayor:

Como es el caso de esta mujer: “Estoy embarazada de 8 meses; no puedo sacar a pasear a mi perro. Cuco está encerrado en la casa hace dos meses, lo noto triste y nervioso. Les gruñe a mis hijos. Necesita salir. La labor de les paseadores es indispensable en este contexto.”.

Sumado a que los animales consecuencia del encierro, incorporan conductas agresivas, este es el primer indicador de lo mal que la están pasando.
Se automutilan por la falta de actividad. Se muerden sus patas o cola por ansiedad. Orinan dentro de la casa, empiezan con la pérdida excesiva de pelo, ansiedad, estrés. Se agravan los problemas para los que sufren de obesidad o por edad avanzada y necesitan salir por cuestiones de salud, el encierro agrava el deterioro físico, por el cambio de rutina.

“Trabajo muchas horas y, al ser cachorra la perra, tiene mucha energía por lo que no puedo cubrir su necesidad de desgaste físico”.

Otra persona comenta: “Se me imposibilita sacar a la perra ya que soy madre sola con un niño discapacitado y un niño de 4 años”.

 “Atilio está con una dermatitis e irritación en la piel producto de morderse todo el tiempo por el estrés. Tuvimos que llevarlo dos veces al veterinario por este motivo, causa del encierro”.

“Trabajo y no tengo posibilidad de pasear a mi perra y cuando lo hago tengo que hacerlo con mi hija porque no se queda sola en casa. Me está rompiendo todo!!!. Mucha ansiedad!”.

“Vivo sola en este momento. Chula tiene 11 años la noto cada día mas triste y se le está cayendo mucho el pelo. Me dijeron q es por el estrés”.

 “No puedo darle una caminata completa y esto hace que engorde. Entre el trabajo, la casa y atender las tareas de primaria de mi hija”.

Las necesidades no solo son de carácter intrafamiliar sino que hacen al giro normal de otras actividades también declaradas esenciales como los trabajadores de salud, fabricación y venta de alimentos. Los que trabajan desde su casa realizando tareas esenciales y a veces el animal –por el stress del encierro- interfiere en el trabajo de los mismos. Las personas que por diversas razones no pueden ocuparse de sus mascotas, porque estudian, trabajan en actividades esenciales o teletrabajo.

Las personas mayores, con enfermedades o impedimentos físicos, de movilidad, con perros con hiperactividad o por los cambios de comportamiento debido al encierro, que manifiestan signos de angustia y ansiedad por no poder socializar como están acostumbrados y con los horarios de trabajo de sus propietarios y las restricciones no es posible sacarlo a pasear con el ritmo que necesita.

Todos son elementos que encuadran a los paseadores caninos en el apartado 5 del Art.6° del DNU 297/20 que exceptúa del aislamiento obligatorio a “Las personas que deban asistir a otras con discapacidad; familiares que necesiten asistencia; a personas mayores; a niños, a niñas y a adolescentes”.

En muchos casos se trata claramente de situaciones de fuerza mayor como el que cuenta una persona que utiliza el servicio de paseo canino: “Necesitan paseo ya que me hago cargo de mi mama operada de 77 años de la cadera”, esta situación -parece- estar prevista en el apartado 6 del mismo artículo que permite circular a las “Personas que deban atender una situación de fuerza mayor”. ¿Pero por qué se quedan en su casa los paseadores caninos, o por qué el estado no les da una respuesta?. Porque el diálogo que debe establecer el estado con las minorías lo delega en las fuerzas de segurida que en muchos casos abusan de ella. 

Los animales presentan cambios de comportamiento e irritabilidad desde que no salen con su manada desde que empezó el confinamiento y presentan conductas agresivas, cambio de actitud, la mayoría vive en lugares donde hay niños, necesitan socializar, al igual que las personas que tienen como actividad laboral el paseo canino, por el servicio esencial que prestan y por tratarse de su fuente de ingresos.

“Canela está decaída con poco ánimo. La perra sufre problemas de ansiedad y ahora orina dentro de la casa”. “Kim convive con dos gatos y ahora empezó a atacarlos”. Otro comenta “Está muy estresado desde que empezó todo esto y lo manifiesta con alergias en la piel, se rasca mucho y se le hacen cascaritas”.

Si todo esto no es suficiente para comprender la situación de los paseadores, sus clientes y los animales ponemos otra sencilla y elemental razón, hacen felices a los animales cuando los pasean y pueden obtener ingresos y sus clientes, continuar prestando sus tareas esenciales. Al fin y al cabo la felicidad también es un derecho tan humano como animal.

Si tampoco resulta suficiente, no quedará otra que la vía del amparo judicial para que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Poder Ejecutivo Nacional atiendan esta realidad.




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