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lunes, 9 de marzo de 2020

¿Puedo reclamar si el sindicato no me acompaña?. Sí.


Ya sé, tenés miedo, en la empresa donde trabajás la regla N°1 essi no te gusta ahí tenés la puerta”, que si reclamás te van a despedir y si hacés juicio te van poner en una lista negra y que con la edad que tenés nadie te va a dar trabajo. O porque estás tercerizado o no estás registrado. Que no podés correr riesgos y tenés muchas deudas. O porque sos madre soltera y único sostén de hogar. Que el alquiler. Los hijos. Que es mejor esperar que otros hagan algo. Que los delegados hagan algo.

Cierto, no confiás en tu delegado, porque sentís que no hace mucho por vos y tus compañeros y compañeras. No está nunca cuando lo necesitan. Incluso estás pensando en candidatearte en las próximas elecciones.
Bueno, antes de ponerte a guglear “elección de delegados”, hay algunas recomendaciones que conviene saber...
Que cuando seas delegado serás la cara del sindicato en tu lugar de trabajo.

Cierto que no confiás en el sindicato por el descrédito y la desconfianza que existe sobre los dirigentes sindicales, y pensás que son antidemocráticos, corruptos, violentos y alejados de nuestra realidad y no querés mezclarte con ellos.

Entonces volvemos al principio, porque frente a estos obstáculos con la empresa que explota. El sindicato que abandona. Los compañeros que no se solidarizan. La familia que no está de acuerdo... Te quedan dos opciones: Hacer un autodespido para cobrar la indenmización, o renunciar al empleo si esto no es posible habrá que tirar la toalla, resignarse y seguir trabajando hasta que el sistema se encargue por si solo de dejarte afuera.

No quiero ser pesimista pero supongo que tu pregunta obvia es: ¿Entonces que hacemos para que nuestro derecho a trabajar no se limite solamente a percibir un salario?. Sino que se nos respeten derechos irrenunciables tales como vacaciones pagas, horas extras, organización sindical libre y democrática, trabajo registrado, cobrar en tiempo y forma, bancarizados, tener condiciones de higiene y seguridad, que la ART nos responda frente a los accidentes o enfermedades producto del trabajo. Que si pedimos un aumento de sueldo nos digan que no están en condiciones, que están en crisis; aunque no haya tiempo ni para ir al baño. Que te registren en categorías inferiores, o te abonen salarios por debajo del convenio correspondiente. El calvario de las mujeres que si se embarazan no las contratan o las despiden al regreso de su licencia o las maltratan para que renuncien.

Todos esos problemas por los cuales el sindicato “no hace nada”.
Porque si no se hace nada, además del perjuicio económico surgen otras complicaciones como las enfermedades producto del trabajo. Y un trabajador enfermo es un blanco móvil que debe ser eliminado del espacio laboral. Enfrenta maltratos del servicio médico. Los descuentos de días aunque estén justificado. Y aunque existen leyes que protegen a los trabajadores de estos abusos, se sabe que si alguien intenta quejarse, el empleador aplica prácticas de persecución y represalias sobre el trabajador.

Y pasamos a la etapa de la persecuta, los controles abusivos, invasión de la privacidad, hostigamiento psicológico, cambios de sucursal, de sector, de condiciones de trabajo, mutilaciones salariales, aislamientos y prohibición a otros trabajadores para que no se relacionen con el trabajador “conflictivo”, hasta se alienta la estigmatización y la discriminación en el ámbito laboral sobre aquellas personas que conocen sus derechos y lo ejercen de forma organizada.

Y los delegados no hacen nada.(O no saben cómo hacer algo).

Porque es cierto que existen delegados con voluntad de defender a sus compañeros, pero no se les dan las herramientas necesarias, la información, ni la capacitación para cumplir su función. Confinándolos a realizar trámites de gestiones particulares de los afiliados como un servicio del sindicato, sin prepararlos para que sean idóneos en situaciones fundamentales en la defensa de los intereses de los trabajadores.

Ahora yendo al punto en cuestión, ya sabemos que muchos trabajadores no recurren a su sindicato por el miedo a ser delatados ante su empleador por el propio sindicato. Porque el sindicato cuando visita su lugar de trabajo es para hablar con el dueño únicamente. Porque el dueño es el delegado. Porque la democracia interna es un formalismo. Hacen hincapié en la ideología del trabajador y lo premian o estigmatizan de acuerdo a ella. Aburren con los discursos. Se enfocan en el pasado. Que los sindicatos imponen a sus afiliados la preferencia política que por conveniencias varias asume el secretario general sin respetar lo que establece la ley en este punto. El respeto a las diversas ideologías políticas. Tienen más vocación de partido político que de sindicato. No se la juegan, van a lo seguro donde la reputación no corra peligro. Se manejan con doble estándar sobre un mismo asunto tienen dos opiniones, explicaciones y juicios de valor para condenar o indultar. Los delegados sin formación son presa fácil de la mentira tanto de la patronal como la proveniente del sindicato y una puerta cerrada a la afiliación. Los dirigentes están desactualizados con respecto a los problemas reales de sus representados. No tienen la debida capacitación para la negociación colectiva y derivan los temas sensibles a tecnócratas que lógicamente desconocen cuestiones elementales de la idiosincrasia de las personas y los usos y costumbres propias de cada actividad. Se ofuscan y son vengativos ante la menor crítica. Subestiman a los jóvenes. Le temen a los cambios y son capaces de hacer cualquier cosa para evitarlos. Etc. etc. Etc.

Ok. Pero el problema sigue ahí sobre la mesa. La pregunta para comenzar es, ¿Vos qué estás dispuesto a hacer vos desde tu metro cuadrado para mejorar tu situación?. ¿Por qué correrías riesgos?. ¿Si no tuvieras miedo, qué harías?.

Bueno de eso trata la charla que hacemos en el sindicato joven, es sobre la convicción de las personas que viven de su trabajo y no quieren perderlo, y cuando disminuyen sus niveles de desinformación también disminuye el miedo hasta desaparecer, eso es fruto de la organización colectiva.

¿Cuál será tu rol en la lucha que dan o deben dar los trabajadores?.

¿Espectador o protagonista?. Sumate, da tu pelea.  

@SindicatoJovenCTA

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